A LEER,…QUE SON DOS DIAS.

APOLOGIA DEL ALCOHOL
(Experiencias reales de A.J.Perez sobre sus efectos beneficiosos)

Se que habrá mucha gente, quizás demasiada, dispuesta a decirte lo malo que es esto,lo malo que es aquello, y lo cierto, es que normalmente, todas esas personas ni tan siquiera han probado eso que te están desaconsejando.
Y algo con lo que normalmente ocurre esto,es con el alcohol. Bien, yo soy de los que va a hacer todo lo contrario, les voy a hablar de los efectos beneficiosos de este, a través de experiencias personales y cotidianas, (digamos por ejemplo que me llamo A.J.Perez).

Un día cualquiera me levanto a las 7:15 de la mañana me aseo, me visto, bajo hasta el garaje, arranco el coche y pongo la radio, salgo del garaje, Rodrigo Rebolledo, Compromiso de Caspe, San José, Tenor Fleta, Camino de las Torres… y llega el primer buen momento del día, en la emisora de radio que escucho ponen una broma telefónica patrocinada por una marca de “RON”, llevo poco más de una hora despierto y gracias al alcohol ya estoy sonriendo. Para cuando termina la broma ya estoy aparcando.

Como aun faltan veinticinco minutos para empezar la jornada entro en una cafetería que hay junto al edificio donde trabajo y en pleno invierno, con el frio que hace en Zaragoza no hay nada que me reconforte y me caliente más que un carajillo. Ese sabor que le da el coñac, ese calor que te imprime por toda la garganta y que después llega al mismo estómago… lo dicho, contra el frío: un buen carajillo.

La mañana en el trabajo suele ser eterna, albaranes, facturas, cuentas, de vez en cuando alguna reunión… Al salir de trabajar tengo la cabeza como un “bombo”,y supongo que como yo el resto de compañeros del trabajo, de repente alguien propone tomar unas cervezas antes de ir a comer, a mi me parece una gran idea y acepto de inmediato. Nada mejor que hablar de futbol, mujeres y algún tema más banal, con el sabor de una refrescante y deliciosa cerveza.

Mediodía, llego a casa y hoy toca lentejas con chorizo para comer, y que mejor para acentuar su sabor que un buen vaso de vino, eso sí, nada de Riojas ni Riberas de no sé donde, un vino de la tierra, un Somontano joven: im-pre-sio-nan-te. Y otra vez de vuelta al trabajo. Pero antes de entrar y como creo que me he pasado con las lentejas decido tomar una manzanilla para rebajar, y para poder soportar el sabor de la manzanilla unas gotas de anís…

Ya es por la tarde, salgo de trabajar y decido tener un detalle con mi pareja; le compro esos bombones con licor que tanto le gustan (ahora el alcohol me esta ayudando a mejorar mi relación). Como los bombones han triunfado decido completar la faena y nos vamos a cenar fuera: italiano, buena comida y ambiente romántico. Para beber como no Lambrusco, esas burbujas consiguen “ponerla a 100”, así que tras el postre nos vamos a casa y…
Bueno, creo que no hacía falta explicar más. Me despierto y solo son las 00:30, tengo la garganta algo tomada (la calefacción del trabajo después del frío de la calle es lo que tiene) así que decido prepararme un Cola-Cao calentito con unas gotas de Carlos III, Me reconforta tanto que no tardo más de 5 minutos en quedarme dormido. Hasta en el último momento del día el alcohol me ayuda.

No trato de convencerles, como he dicho al principio solo iba a hablarles de mis experiencias personales y cotidianas, si hacen caso a los que les dicen que el alcohol es perjudicial… ustedes se lo pierden.

D. Tello