CRÍTICA DE CINE
PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Fuerza mayor
Ruben Östlund (2014) – Suecia
Aunque el jurado del Festival de Cannes ya premió a Ruben Östlund por su última película hasta ahora, The square, a un servidor ya le había llamado la atención su anterior filme: Fuerza mayor. Es más, lo sigo considerando al mismo nivel o incluso un poco superior que la susodicha. Así que os invito a que le deis una oportunidad a este largometraje sueco.
La acción se desarrolla en una estación de esquí de los Alpes. Allí los miembros de una familia sueca de clase alta disfrutan de sus vacaciones hasta que una avalancha da un gran un susto en la estación y, a su vez, provoca una seria crisis en esta familia. El cabeza de familia, Tomas, reacciona ante la avalancha de una forma que desconcierta a Ebba, su mujer, y a sus hijos. A partir de entonces ya nada será igual en su relación.
Fuerza mayor es una película que nos va a hacer pensar y mucho, y aunque seamos los espectadores (bien representados por cierto por un actor en la película), nos vamos a tener que poner en el pellejo de cada personaje y situación para tomar partido por uno u otro. Como si salieran de debajo de la nieve después de una avalancha, los personajes sacan de su propio interior sentimientos y sensaciones que nunca antes habían experimentado, y descubren que lo que creían que era una vida plena y perfecta, quizás ha sido sepultada de veras por una avalancha de emociones que ha sacado a flote los instintos más primarios de cada persona.
Muchas cosas salen a la palestra en Fuerza mayor: el poder adquisitivo como paradigma de la felicidad, el rol del hombre en la familia o el egoísmo intrínseco, todo ello mientras disfrutamos de unos paisajes espectaculares acompañados de música de Vivaldi. La frialdad del paisaje se traslada gracias a su fotografía incluso a la habitación del hotel que ocupa nuestra familia protagonista, que parece vacía, desnaturalizada, como queriendo representar la relación de Tomas y Ebba.
Pero no os asustéis, no todo va a ser frío y desolación, otros personajes irán apareciendo durante la película y crearán diferentes situaciones, en las que el peculiar humor negro al estilo sueco quitarán un poco de hierro al asunto. Así que, ahora que el crudo invierno ha llegado, qué mejor ocasión para disfrutar de una noche de cine en el sillón de tu casa y bien arropado por una manta. ¡Ten cuidado con la avalancha!
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PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
El salario del miedo
H.G. Clouzot (1953) – Francia
Este mes regresamos al cine clásico para recordar una gran película cuyo mensaje sigue tan vigente a día de hoy como el día de su estreno. Os propongo descubrir, o volver a visitar, El salario del miedo, una de las obras cumbre del considerado «Hitchcock francés», H.G. Clouzot. La película está basada en la novela del mismo título escrita por Georges Arnaud. Dicen las malas lenguas que Alfred Hitchcock intentó sin éxito comprar los derechos de la novela, pero al final Clouzot se llevó el gato al agua.
Con un limitado presupuesto, Clouzot agudiza el ingenio y rueda la película en el sur de Francia, pero nos hace creer que realmente estamos en un pueblo perdido de Sudamérica llamado Las Piedras. Un pueblo tan perdido como sus habitantes, que sobreviven como pueden; unos intentando escapar de la pobreza más absoluta y otros, los extranjeros, que han llegado allí tratando de huir de un pasado bastante turbio. Las Piedras parece el mismo infierno en la tierra y es muy difícil salir de allí. Pero una explosión en un pozo petrolífero de la región hace que se abra una puerta a la esperanza para los cuatro valientes que se atrevan a llevar dos camiones de nitroglicerina por las peligrosas carreteras (por llamarlas de algún modo) que llevan hasta el pozo. Y este es el simple pero peliagudo argumento del que trata El salario del miedo.
En una primera parte de la película el director nos muestra el pueblo y sus habitantes: analfabetos, apátridas, vagos y maleantes. Allí iremos descubriendo con pocas palabras la personalidad de los cuatro protagonistas que van a iniciar este viaje suicida buscando la salvación, cada uno a su manera. En este trayecto la tensión se mantendrá al límite y esto provocará conflictos entre los personajes: veremos hasta dónde pueden llegar las bajezas morales de la especie humana.
Muchos temas se van a tratar en El salario del miedo; algunos quedan bastante claros, como la crítica al capitalismo, el miedo a la muerte, la amenaza nuclear, la codicia, la moral, el sentimiento de culpa, el existencialismo. Otros, aunque no aparezcan explícitamente, sí que pueden intuirse, por las palabras y las acciones de los personajes, así que tendréis que estar atentos.
Aparte de la soberbia interpretación de los cuatro actores principales, es de destacar la fotografía en blanco y negro que resalta todavía más la dureza del trayecto y de los personajes. Algunas escenas de esta película ya han pasado a la historia del cine, y la maestría del director H.G. Clouzot a la hora de reflejar el asfixiante y opresivo clima del pueblo y de los agrestes terrenos por los que transita el viaje, hacen que El salario del miedo se convierta en una obra maestra.
Así que sin duda alguna os recomiendo ver (en versión original por supuesto) este apasionante viaje vital hacia ¿la muerte?
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PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Purasangre
Cory Finley (2017) – Estados Unidos
Este mes os presento Purasangre una película que pasó sin pena ni gloria por las salas de cine el verano del 2017. Se trata del debut como director de Cory Finley, que en principio había escrito el guión pensado en que fuese una obra de teatro (de hecho está dividida en cuatro actos), pero al final acabó convirtiéndose en su primer largometraje.
Recordad el nombre de este director porque apunta maneras. Purasangre me pareció un ejercicio de cine diferente que rompe con muchos de los clichés del cine americano por muy independiente que sea. Y eso a pesar de que parece que vas a ver la típica película de adolescentes pijas americanas cuando, nada más comenzar, una de ellas llega a la espectacular mansión de su antigua compañera de clase. Pero nada más lejos de la realidad.
Desde el principio la película adopta un inquietante clima, con una esquizoide banda sonora de tonos disonantes que en ocasiones abruma. El director juega a mostrarnos una leve capa de la personalidad de las protagonistas, ya que ellas no es que sean muy habladoras (aunque cuando lo hacen lanzan dardos envenenados). Hay que estar atento a los gestos, las miradas y las formas de reaccionar de Amanda y Lily; solo con eso tendremos que intentar escudriñar en el interior de sus cerebros para intentar comprender por qué se comportan de esa manera.
A Amanda, que sufrió un grave trauma cuando era más pequeña, le cuesta relacionarse con la gente. Su madre la envía a casa de una antigua amiga con la excusa de que esta le de clases e intentar volver a crear un vínculo afectivo entre ellas. Lily, en cambio, parece la perfecta adolescente americana, aunque también tiene algún problemilla, llamemosle padrastro.
Pero Purasangre está realizada con un notable ejercicio de estilo que desde los encuadres, la fotografía y la cadencia nos va sumergiendo en la vacía existencia de dos jóvenes adolescentes de clase alta para convertirse en una feroz crítica a las, en teoría, familias perfectas burguesas. Nos muestras además la escalofriante y deshumanizada manera de afrontar la vida de la generación de los millennial.
Pinceladas del cine de Michael Haneke o Yorgos Lanthimos, para una comedia negra fría y perturbadora a partes iguales, extraña como sus personajes pero que te sorprenderá, que ya es todo un logro para cualquier estreno del cine actual.
La película por desgracia fue la obra póstuma de Anton Yelchin, un joven y prometedor actor que aunque tiene un papel secundario, da sobradas muestras de su talento. La película se convirtió en un homenaje al malogrado actor que moriría pocos meses después en un desafortunado y absurdo accidente doméstico.
Si tenéis ocasión de verla, aprovechad la ocasión, quizás la emitan un domingo por la tarde en abierto en cualquier canal de nuestra caja tonta. Como ya os he dicho, el envoltorio parece el de una inofensiva película preparada para el consumo rápido de los integrantes de la generación millennial. Estad atentos porque esa tarde no dormiréis siesta.
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PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Il ministro
Giorgio Amato (2016) – Italia
Ahora que estamos ante un grave problema político creado por los propios políticos,y sumado a que nos vemos abocados a unas nuevas elecciones generales por culpa de su incompetencia y poca capacidad de consenso, me han entrado ganas de volver a ver y a disfrutar de una certera y grotesca comedia negra italiana titulada Il ministro en la que sin medias tintas se nos muestra el modus operandi del juego político y sus principales personajes en esta manzana podrida que es la sociedad actual. Así que si os encontráis en el mismo nivel de enfado que el mío, os invito a que disfrutéis de esta tragicomedia a la italiana, que no os engañéis refleja en mayor o menor medida la realidad de los políticos de cualquier país, así que lo que veáis se puede extrapolar tranquilamente al nuestro.
Il ministro bien podría haberse escrito para el teatro ya que se desarrolla en el mismo lugar durante una noche, el lugar es el chalet de Franco, un empresario que tiene esa noche la oportunidad de su vida para conseguir pegar un pelotazo de muchos millones, ha conseguido una cita con el ministro y ha ideado el plan perfecto para que esa noche su vida vuelva a ser otra vez de color de rosa. Lo tiene todo controlado, allí estarán su mujer, su socio y cuñado, y la empleada doméstica que saben que papel tiene que hacer para ganarse el aprecio y sobre todo la firma del señor ministro. A partir de aquí se sucederán un montón de situaciones que nos llevarán a descubrir la verdadera personalidad de cada personaje, es más, yo diría que cada uno de ellos representa a un estrato de cada clase social.
Las situaciones que van de lo cómico a lo grotesco,con un guión cual bisturí que disecciona milimetricamente el alma del juego de poder de la política, nos muestra las bajezas morales, la mezquindad y el cinismo de los personajes que representan esta especie de opera bufa en lo que se convierte Il ministro. El guión escrito por el propio director de la película Giorgio Amato, está claramente basado en recortes de artículos de periódicos sobre casos de corrupción política que por desgracia siguen proliferando en los diarios de cualquier país democrático. Y estoy seguro que a pesar de los enrevesados giros de la trama, (que por cierto te mantienen en vilo hasta el último segundo del metraje)estaréis de acuerdo conmigo en que la realidad supera la ficción.
Como siempre os aconsejo verla en versión original, disfrutaréis todavía más de las interpretaciones de los actores.
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PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Beautiful girls
Ted Demme (1996) – Estados Unidos
Hay películas que te marcan para toda la vida: quizás las viste en el momento justo, el día adecuado, quizás removieron cosas en tu interior, quizás te sentiste identificado con alguno de los personajes, o quizás te hicieron seguir pensando durante mucho tiempo después de haberla visto. El caso es que para un servidor Beautiful girls consiguió en su día cumplir sobradamente las expectativas que tenía puestas en ella. Y digo esto porque Beautiful girls venía con la vitola de ser una película del llamado cine independiente americano del momento, una película generacional. Cosas que no son del todo ciertas, principalmente porque la película tenía una fuerte promoción detrás y contaba en el reparto con algún actor de renombre ya en aquella época. No en vano, el director de Beautiful girls, Ted Demme, era sobrino del famoso director ya por entonces Jonathan Demme. Así que contactos y medios para producir la película no le faltaron. Hablar de cine independiente con todo ese apoyo me parece equivocado. Lo de película generacional también me parece una etiqueta que se queda corta para una película de lenguaje universal, que puede indistintamente llegar a una persona tenga la edad que tenga.
El acierto de Ted Demme, que por cierto falleció 6 años después de haber rodado esta película, es saber servirse del gran guión de Scott Rosenberg (quien más tarde volvería a robarnos el corazón con el guión de Alta fidelidad) y aprovecharse de una pléyade de jóvenes aunque sobradamente preparados actores, remarcado todo ello con una banda sonora de lujo que hace que las emociones fluyan más si cabe todavía.
El argumento de la película es bastante manido. Willie regresa a su pueblo para reencontrarse con sus amigos de toda la vida en la típica reunión de antiguos alumnos del instituto. Pero nada más lejos de la realidad, Beautiful girls se convierte en un viaje interior de cada espectador que seguro que en algún momento de su vida ha pasado o pasará por las mismas sensaciones que alguno de sus protagonistas. En esta maravillosa película se funden la nostalgia, las dudas, los sueños de adolescencia, las oportunidades perdidas, el síndrome de Peter Pan, la inmadurez. Y es que al fin y al cabo la vida de cada persona se va reescribiendo día a día según las decisiones que va tomando.
También es de destacar lo fielmente que refleja la película la manera que tienen de afrontar este tipo de situaciones en la vida los hombres y las mujeres. ¿Todavía tenéis dudas de quién sale mejor parado? El título de la película puede darte una buena pista.
Las diferentes personalidades de todos están magníficamente interpretadas por actores de la talla de Timothy Hutton, Uma Thurman, Mira Sorvino, Rosie O’Donnell, Matt Dillon o una jovencísima Natalie Portman que consiguió enamorarnos a todos.
Así que acércate al piano para cantar junto a ellos la mítica canción Sweet Caroline del gran Neil Diamond, te sentirás parte de ese grupo de amigos y de esas Beautiful girls para siempre.
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PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Green book
Peter Farrelly (2018) – Estados Unidos
Pocas veces voy a proponer una película actual oscarizada en esta sección y máxime siendo de nacionalidad estadounidense. Pero cuando todo lo que rodea a una película se cuida y se hace con esmero, el resultado es una notable película que aparte de hacerte pasar un rato agradable en el cine puede aportarte algo más que el típico cine convencional que recibimos desde el país del Tío Sam.
Si después de ver Green book te enteras que el director de la película es Peter Farrelly, directamente no te lo crees: en estos tiempos que corren seguro que lo consideras un fake en toda regla. Pues sí amigo lector, el director de la película es el mismo que dirigió Dos tontos muy tontos, Vaya par de idiotas o Algo pasa con Mary. Aunque personalmente siempre he pensado que estas películas (especialmente las dos primeras) eran algo más que comedias de humor de trazo grueso, y que nos mostraban esa América palurda llena de mediocres, debajo de muchas capas de humor gamberro y barriobajero lleno de clichés. Una América aterradora que quedó oculta entre situaciones tan absurdas como hilarantes.
En fin, con Green book Farrelly cambia de registros, aunque el toque de humor no lo pierde y es uno de los puntos fuertes de esta película basada en hechos reales y ambientada en los estados del sur de norteamérica en los años 60, donde el racismo seguía latiendo con mucha fuerza. La historia, para qué negarlo, es una gran historia. Pero también es verdad que el guión de la película está inteligentemente ideado y que los actores cumplen con su papel de manera magistral, en especial un Viggo Mortensen que está excelso y vuelve a demostrar lo gran actor que es. Curiosamente no se llevó el Oscar, que fue a parar a su compañero de reparto Mahershala Ali.
Así que va a ser todo un placer meternos en el coche que conduce el chófer Tony Lip, un spaghetti criado en las duras calles del Bronx, y Don Shirley, un refinado y virtuoso pianista negro que tiene que embarcarse en una dura gira por el sur en la que la música no va a ser el único motivo del viaje. ¿Os podéis imaginar qué es meter lo blanco y lo negro, el punto y la i, o el ying y el yang en el mismo coche? Pues con la música que pone la radio de la emisora que siempre elige Tony, sus grasientos menús y unos bonitos paisajes, el viaje se os hará más llevadero. Tan llevadero como esta road movie que parece un homenaje al cine clásico y que os hará sentiros bien antes, durante, y después de la misma (aunque esto último no hiciese falta). El siniestro libro verde que da título a la película no es tan inquietante como lo fue en la realidad.
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