DRAMA
PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Tomboy
Céline Sciamma (2011) – Francia.
Si habitualmente no me gusta hablar del hilo argumental de la película para que no comencéis a verla prejuzgando desde un principio, con Tomboy todavía seré más estricto. Os aconsejo que veáis esta película sin ni siquiera leer la carátula del dvd y que no busquéis nada sobre ella en internet; seguro que después de verla me dais la razón.
Así que poco os puedo contar de la película francesa Tomboy, simplemente presenta la historia de una niña de 10 años llamada Laure que por causa del trabajo de su padre se tiene que mudar a un barrio en las afueras de París con todo lo que eso supone. Hasta aquí el argumento está muy manido en cualquier película de adolescentes, pero que no te engañe, a pesar de su sencillez y apariencia Tomboy es una película para adultos. Eso sí, si tienes hijos en esa franja de edad sería muy recomendable que la vieseis juntos.
La familia de Laure se compone de su hermana pequeña, su padre y su madre, en los últimos meses de su tercer embarazo. Conforme avance la película observaremos cómo se desarrolla la relación con ellos y con sus nuevos compañeros del barrio. Huyendo de estereotipos Tomboy nos cuenta de manera sencilla, delicada y directa las peripecias de Laure en su nuevo barrio, mostrándonos una historia sin juicios de valor consiguiendo con situaciones cotidianas que el espectador se sienta identificado con una etapa de la vida que todos hemos pasado (hace mucho tiempo ya, por desgracia).
Si bien Alfred Hitchcock, con su habitual humor cínico-irónico después de rodar una película con Charles Laughton dijo: «Nunca se te ocurra hacer una película con animales, niños, ni con Charles Laughton», seguro que hubiese estado encantado de trabajar con Zoé Herán y Malonn Lévana (Laure y su hermana pequeña Jeanne, respectivamente), porque, la verdad, bordan su papel con una naturalidad asombrosa para su edad.
Así que ya sabéis, os recomiendo Tomboy, una película pequeña, de bajo presupuesto pero que con una sencillez y ternura envidiable nos muestra una historia que nos toca a todos de muy cerca, que seguro que de una u otra manera la hemos vivido, y en la que tenemos todavía mucho que aprender. Padres, profesores, alumnos, ¡tienen que ver Tomboy!
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PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
En cuerpo y alma
Ildikó Enyedi (2017) – Hungria
Hoy en día es muy difícil encontrar una película que te sorprenda, y es que el mundo del cine convencional cada vez es más anodino y está encorsetado, se rige por una serie de patrones que a poco que seas un consumidor normal, a los dos minutos de comenzar la película sabes que te va a defraudar por ser más de lo mismo, hasta podrías resumir la película e incluso acertar el desenlace final sin haberla visto.
Pero a veces una película te sorprende, es el caso de En cuerpo y alma la que este mes nos ocupa, pero el truco no está en la historia, que ya hemos visto muchas veces en el cine, sino en la forma de contarla. La película es una modesta producción Húngara cuyo eje principal y centro neurálgico es un matadero, si, han leído bien. Allí acaba de llegar para suplir una baja María la nueva técnica de calidad, María es muy estricta con las normas y su poca sociabilidad hará que sea objeto de los más variados cotilleos entre los trabajadores de la empresa. Endre el jefe del matadero, tranquilo y observador aprovecha el momento del almuerzo para entablar conversación con ella, unos días más tarde un robo en el botiquín del matadero mostrará que María y Endre tienen algo en común.
En cuerpo y alma es diferente, seguro que es ese sexto sentido que ostentan las mujeres es el que aplica sabiamente la directora de la película Ildikó Enyedy a esta historia lo que hace que conforme avance el metraje te vaya cautivando más y más.
Quizás el acierto sea haber filmado la película como una extensión de la personalidad de sus dos personajes principales que por cierto lo bordan. Las fría fotografía, el pausado movimiento de la cámara, y la escrupulosidad en mostrarnos los más mínimos detalles, concuerdan con los rasgos de la personalidad de María y Endre, aunque entre ellos no se parezcan nada.
La película está llena de metáforas sobre el comportamiento humano, la vida, el renacer, una vida en la que la mayoría pasamos de puntillas pero que siempre nos golpea, esos golpes quizás sean las duras imágenes (nada gratuitas por cierto) que veremos en algún momento
de la película y que quizás nos recuerden al cine de Haneke.
En definitiva, os recomiendo que hagáis un paréntesis (de poco menos de dos horas) en vuestras ajetreadas vidas y os vayáis sumergiendo poco a poco en En cuerpo y alma, esta sencilla y a veces surrealista historia que transcurre en un matadero Húngaro, un drama con algunas pinceladas de humor muy peculiar,que logrará conmoverte como hacía tiempo no hacía otra película.
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PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
La enfermedad del domingo
Ramón Salazar (2018) – España
De vez en cuando el cine español nos sorprende con alguna película de enjundia en la que la trama y el guion no hacen aguas. Y si encima la dirección y el reparto están muy por encima de la media habitual, nos hacen no perder la esperanza y volver a confiar en nuestro cine. Esto es lo que ha conseguido La enfermedad del domingo que, aún teniendo pequeñas imperfecciones, estas no lastran en absoluto una de las historias más bonitas y a la vez más duras que he podido ver en los últimos años. La película narra el reencuentro, 35 años después, de una madre y su hija. La forma tan original e intrigante de producirse esta reunión guarda paralelismo con la atractiva propuesta y la asfixiante atmósfera con la que su director, Ramón Salazar, nos va a mantener atentos durante todo el metraje del film.
La enfermedad del domingo es puro atavismo, está llena de símbolos que nos ayudan a entender una inexistente relación materno-filial que, ahora no sabemos bien porqué, una de las dos partes quiere volver a retomar durante 10 días. Muy importantes y acertadas son también la localización y la fotografía, que nos trasladan a un bello y a la vez mágico y fantasmagórico bosque donde madre e hija vivieron durante los primeros años de Chiara, que así se llama la niña. La casa, alejada del pueblo, el lago y esos impresionantes árboles siguen ahí y vuelven a ser testigos de los sentimientos de Chiara, esta vez acompañada de su madre.
La enfermedad del domingo se basa prácticamente en dos personajes Anabel (Susi Sánchez) y Chiara (Barbara Lennie), y bien podría valer para ser representada en un teatro. Ellas dos solas, en un duelo interpretativo magistral, elevan todavía más el buen nivel de la película, con pocas palabras pero certeras cuando son pronunciadas. Es con los silencios y con las miradas cuando los personajes se desnudan y nos muestran sus sentimientos. Esos sentimientos que nos hacen entender cómo han llevado esta ausencia tan prolongada. Espero que esta inmensa interpretación les valga para un más que merecido Goya en la próxima edición de los mismos. Si tengo que mojarme por una de las dos creo que ganaría la veterana Susi Sánchez, que borda su papel de madre.
Que sepáis también que paralelamente a la película, el director rodó un corto titulado Domingo que se estrenó el año pasado y que es el prólogo de esta película, ya que cuenta el día en que Anabel y Chiara alejaron sus vidas. Puede ser complementario pero no necesario para poder disfrutar de esta gran película de cine español. Dale una oportunidad, no te arrepentirás.
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PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
El precio de un hombre
Stéphane Brizé (2015) – Francia
El paro sufrió en España su máximo apogeo en plena crisis de la «burbuja inmobiliaria» el año 2012 llegando a los seis millones de personas, un 25% del total de personas activas (es decir 1 de cada 4 estaba en paro ese año). Escalofriantes cifras que a partir de entonces han ido disminuyendo hasta bajar de los 4 millones el pasado año. Pero con la excusa de la crisis, los sueldos se redujeron, el poder adquisitivo de los trabajadores se ha ido devaluando año a año, y lo que es peor los nuevos puestos de trabajo que se crean tienen unas condiciones todavía más precarias que en la época de la crisis.
Todo esto son datos, pero si queréis reflexionar un poco de adonde nos lleva el presente y el futuro laboral es una buena idea ver «El precio de un hombre», que aunque sea de nacionalidad Francesa nos presenta una radiografía del problema laboral, que en muchos puntos es calcada a la que han y están sufriendo muchos trabajadores Españoles.
La película nos narra la vida de Thierry un hombre ya en la cincuentena, que lleva casi dos años en paro intentando volver a entrar en el mercado laboral por todos los medios que la administración Francesa le ofrece. El actor Vicent Lindon que encarna el papel de Thierry realiza una excelente actuación, que fue premiada en su momento en varios Festivales, y consigue hacernos participes de su situación en todo momento.Podría ser cualquier vecino de nuestro barrio en su misma situación,una persona honesta que lucha por sacar adelante a su familia.
El director de «El precio de un hombre», Stépahe Brizé se encarga desde el principio de hacernos creíble la película, utilizando en la mayoría de personajes a actores no profesionales primero, y dejando a la cámara como mera espectadora de los hechos que van a acontecer después. La película toma así un aspecto casi de documental y nos acerca más si cabe a un drama tan conocido por la mayoría de nosotros como es el desempleo.
Una virtud de la película es prácticamente no emitir ningún juicio sobre la sociedad en que vivimos, mostrándonos el día a día de un parado que va a tener que empezar a tomar decisiones. Esto va a hacernos reflexionar durante toda la película, en especial a partir de la mitad, donde se produce un giro en los acontecimientos. Pero claro no voy a hacer ningún spoiler. Simplemente os recomiendo que veáis «El precio de un hombre» una película donde la crisis, el paro y el capitalismo van de la mano deshumanizando un poco más si cabe al trabajador. Quizás si hubiera visto esta película Karl Marx no hubiese dejado para la historia esa cita tantas veces repetida «El trabajo dignifica al hombre»
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PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Tenemos que hablar de Kevin
Lynne Ramsay (2011) – Reino Unido
Este mes os propongo el visionado de Tenemos que hablar de Kevin, una película que trata el tema de las relaciones entre padres e hijos de manera políticamente incorrecta. El peso de la misma recae en Eva,la madre (una magistral Tilda Swinton a la que su papel le viene como anillo al dedo),y Kevin,su hijo (un inquietante Ezra Miller). El padre, como en muchas familias convencionales está ahí, pero no se involucra de la misma manera que la madre con su hijo.
La película está basada en la novela del mismo nombre escrita por la escritora estadounidense Lionel Shriver, que por supuesto te recomiendo que leas aunque mejor después de ver la película: quizás te aclare algunas cosas que no hayas podido descifrar en el film. Como no podría ser de otra manera la directora de la película es una mujer, en este caso la escocesa Lynne Ramsay.
Tenemos que hablar de Kevin es una película muy visual, plagada de simbolismos (bastante obvios por cierto) que nos muestran la visión de Eva en la relación con su hijo, y lo que es más importante,los sentimientos que esta le provocan. Los primeros 30 minutos son bastante caóticos, una serie de piezas de rompecabezas que al final tienen su sentido; quizás el caos lo busque la propia directora para mostrarnos el estado en que se encuentra la madre en ese momento de su vida. Pero no os preocupéis,a partir de entonces la película os mantendrá en vilo y no os soltará hasta el final.
La película nos muestra una familia de clase media-alta con un aparente marco de tranquilidad y normalidad. Las imágenes,asépticas y frías,nos van envolviendo hasta crear una atmósfera asfixiante, casi claustrofóbica, en contraste con unas canciones alegres y luminosas que en alguna ocasión rozan el vídeo-clip.
Y es que Tenemos que hablar de Kevin aborda el tema de la maternidad desde una perspectiva raramente tratada en el mundo del celuloide:la de las dudas maternas, la inseguridad, el sentimiento de culpa, la responsabilidad,etc.sin buscar culpables,eso sí, pero quizás pueda resultar molesto para el espectador más convencional.
Las imágenes que veremos son impactantes y perturbadoras y las reacciones de Eva y Kevin pueden llegar a desconcertarnos, aunque creo que muchas madres podrán llegarse a sentirse identificadas con Eva durante el transcurso de la película.
Cuando veas Tenemos que hablar de Kevin no se si te quedarán muchas ganas de hablar, pero te aseguro que tu cerebro no habrá parado ni parará de cavilar buscando una respuesta para la cantidad de sensaciones y preguntas que se te van a ir planteando en el transcurso del film. Seguramente un escalofrío recorrerá tu espalda al pensar que también te puede pasar a ti.
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PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Maudie, el color de la vida.
Aisling Walsh (2016) Canadá-Irlanda
En un género tan trillado como el de los biopics o películas biográficas viene bien descubrir películas como Maudie, el color de la vida, que nos cuenta la vida de Maud Dowley una peculiar pintora canadiense que plasmó su personalidad y su forma de vivir y ver la vida de manera asombrosa en sus coloristas acuarelas. La directora irlandesa Aisling Walsh plasma la vida de Maudie con un montaje y realización sencillo y austero que muestra a la perfección esa visión que la afanosa pintora tenía de la vida y sus vicisitudes, y nos demuestra que no hacen falta grandes personajes históricos para hacer buenas películas.
Porque Maudie, una joven con limitaciones físicas desde su nacimiento, lejos de reprochar algo a la vida nos da una lección al resto de los mortales de lo importante que puede ser saber y querer afrontar la vida con optimismo a pesar de las dificultades. La fenomenal actriz Sally Hawkins borda su papel de Maudie, haciéndonos participes y cómplices de cómo se siente en el avanzar de su vida la menuda pintora, logrando meterse al bolsillo y en la película al espectador desde el primer momento. En el otro lado de la balanza está un correcto (¡que ya es decir!) Ethan Hawke que representa el papel de Everett Lewis,el hosco y troglodita marido de Maudie.
El transcurso de la austera y monótona vida del matrimonio Lewis en la pequeña y cochambrosa cabaña en la que viven rodeados de la naturaleza es retratado por la directora con la misma delicadeza y optimismo con los que Maudie lo hacía en sus acuarelas. Otro punto fuerte de la película es la relación entre Maudie y Everett, tan disfuncional como entrañable, que va evolucionando de una manera sorprendente gracias,como no,a la siempre vitalista y optimista Maudie.
Pero no os engañéis esto no es una película romántica, ni siquiera un biopic del ascenso y caída de un mito. Simplemente es el fiel e inteligente relato de la vida de una mujer con mayúsculas,Maudie Dowley, que tuvo que luchar con una vida llena de dificultades (aparte de las que ya os he adelantado), y no solo las físicas, porque ser mujer en la Canadá rural de principios de siglo tiene bastante mérito de por si, como vais a poder comprobar.
Os recomiendo que conozcáis a Maudie, que tiene en esta película un merecido y noble homenaje. Quizás también descubráis además de una gran mujer a una gran artista.