PELÍCULA RECOMENDADA
PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Experimenter: La historia de Stanley Milgram
Michael Almereyda (2015) – USA
Por fortuna la película que reseñamos este mes no hace honor a su título y no se centra mucho en la historia de Stanley Milgran y sí en su curioso experimento, cosa que le beneficia sobremanera, ya que se aleja de los clichés del biopic para convertirse, con sus defectos, en una interesante película. Y es que lo verdaderamente interesante es el experimento que realizó Stanley Milgram tras ver el juicio en el que el nazi Adolf Eichmann fue condenado a muerte por crímenes contra la humanidad en 1961. En el mediático juicio, Eichmann apelaba una y otra vez a su inocencia al considerar que él sólo obedecía órdenes. Y fue esta cínica postura la que dio a un recién graduado en psicología llamado Stanley Milgram la idea para realizar su experimento.
Para ello Milgram puso un simple anuncio en una parada de autobús: ofrecía dinero a quien quisiera participar en su «estudio de la memoria y el aprendizaje». Pronto, su sala del experimento estaba a rebosar. En el estudio participaron personas de diferentes clases sociales, raza, o religión, y aunque no se les explicaba en qué consistía realmente el experimento, sí que se les advertía de que iban a ser grabados.
El experimento era muy sencillo: para él eran necesarios dos voluntarios, uno de ellos hacía de profesor y el otro de alumno; no se veían entre sí porque tenían una pared que los separaba, pero existía un intercomunicador por el cual el profesor iba leyendo parejas de palabras que el alumno tenía que memorizar. Después, el profesor volvía a repetir alguna de las palabras y el alumno tenía que decir las que faltaban. Si fallaba, el alumno recibía una descarga eléctrica desde el aparato que accionaba el profesor en el otro lado. A cada fallo, la intensidad de la descarga era más alta.
A partir de ahora podéis sacar vuestras propias conclusiones visionando Experimenter: La historia de Stanley Milgram. Os aseguro que los resultados van a ser sorprendentes, y nos van a mostrar el porqué de muchas reacciones del ser humano que han significado un determinado rumbo en el devenir de nuestra historia.
Así que ya sabéis, os recomiendo esta película que, aunque no sea ninguna obra maestra, os va a dar mucho que pensar. ¿Seguirás sintiéndote orgulloso de ser un ser humano?
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PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Celebración.
Tomas Vinterberg (1998) – Dinamarca
Es tiempo de bodas, bautizos y comuniones, en definitiva, de celebraciones. Momentos en los que las familias aprovechan para reunirse en torno a una gran mesa y ponerse al día acompañados de innumerables viandas y regadas, por supuesto, de abundantes bebidas de alta graduación. Pues bien, solo espero que en la celebración que os toque participar, no pasen tantas cosas como en esta película danesa. Avisarte, eso sí, de que cuando veas la película no te creas que el dvd está defectuoso: Celebración se enmarcó en el célebre y polémico movimiento «Dogma» que el director de la película, Thomas Vinterberg, creó junto con Lars Von Trier, y que en resumidas cuentas se trata de hacer películas cámara en mano, con el sonido en directo y sin utilizar banda sonoras ni efectos especiales ; así que está película tiene la apariencia un vídeo doméstico, que por cierto le va muy bien.
Y ahora que ya estás puesto en situación, ¡prepárate para el banquete porque va a comenzar! Serás el invitado especial y podrás observar desde tu privilegiado asiento una surrealista cena en la que nada es lo que parece. Celebración es una dura crítica a la clase alta danesa, pero bien podríamos extrapolar algunos elementos a nuestras relaciones familiares particulares.
Comenzaremos viendo la llegada paulatina de los miembros de la familia Klingenfeldt para celebrar el 60 cumpleaños de su padre en una fastuosa fiesta con numerosos y selectos invitados. Disfrutaremos de unas magníficas interpretaciones de los principales protagonistas de la película. Comienza la celebración y a partir de aquí, y de manera vertiginosa, entraremos en una vorágine de situaciones aberrantes, casi macabras, que nos aturdirán y nos harán frotarnos los ojos ante los delirantes hechos que vamos a presenciar. Todo ello salpicado con un toque del mejor humor negro danés (si es que existe).
Celebración es una impactante crítica a esa institución tan venerada que es la familia, en la que solo parece importar aparentar y donde la hipocresía campa a sus anchas. Es más importante parecer digno que serlo, disimular que todo va bien aunque sea a base de mentiras. Si algo está mal, mejor mirar hacia otro lado o negarlo, aunque la verdad te golpee en la cara. Lo único importante es mantener las apariencias.
Quizás algunas situaciones te puedan parecer exageradas, pero soy de que los que piensan que la realidad supera la ficción, y también tenemos que tener en cuenta que la forma de ser de los escandinavos nada tiene que ver con la nuestra. Y es que pegarse media vida a oscuras no puede ser nada bueno. Por cierto, aconsejo fervientemente ver la película en versión original, y es que escuchar a un danés de mala leche da miedo, mucho miedo.
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PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Dersu Uzala (El cazador)
Akira Kurosawa (1975) – URRS
A principios de los 70 Akira Kurosawa no atravesaba su mejor momento, veía cómo cada vez más su país (Japón) le daba la espalda: sus películas eran vapuleadas sin piedad por la crítica y no conseguía financiación para sus nuevos proyectos. Tan mal lo pasó que incluso intentó suicidarse (como buen antepasado de samurai que era). Por fortuna levantó cabeza y consiguió apoyo en Rusia para poder hacer una película. El resultado fue Dersu Uzala (El cazador), una de las mejores películas de la historia del cine.
La película está basada en los cuadernos de viaje del científico y explorador soviético Vladimir Arsenyev, que trabajó como topógrafo para el gobierno ruso entre 1902 y 1907 recorriendo la región de Ussuri, en los confines del Imperio Ruso, unos territorios en la parte más oriental de Siberia que habían sido conquistados a China. En esas prospecciones por la vasta y salvaje región, conoce a Dersú Uzalá un peculiar cazador nómada, tan diminuto de tamaño como grande de corazón, tan ignorante de la civilización como sabio de la vida. Entre ellos surgirá una amistad impensable para dos personajes tan antagónicos cuyas diferencias se acentúan más si tenemos en cuenta que estamos hablando de principios del siglo XX.
Otro actor tan importante en la película como los dos anteriores es la taiga, ese inmenso bosque de coníferas regado por el grande y peligroso río Ussuri. Akira Kurosawa ejerce toda su maestría mostrando la esplendorosa belleza de la taiga y su terrible dureza, que dicta las leyes sobre los seres vivos que habitan su inabarcable extensión durante las diferentes estaciones del año.
En estos tiempos en los que vivimos vertiginosamente en una sociedad en teoría avanzada y llena de comodidades, deberíamos desconectar de ella durante más de 2 horas, las que dura la película, sumergirnos en esta salvaje e intrincada taiga y encontrar a Dersu Uzala. Seguro que él nos enseñaría las pequeñas cosas que nos hacen amar la vida, la naturaleza, al ser humano; seguro que nos ayudaría a encontrarnos a nosotros mismos y a plantearnos si la vida que llevamos debería cambiar, sino de rumbo por lo menos de ritmo.
En mi opinión, Dersu Uzala debería ser de obligado visionado en los colegios. Que no te tire para atrás su duración, ni que haya podido envejecer un poco mal; date un respiro, es más, invita a los tuyos a penetrar en esta selva llena de moralejas camuflada de película de aventuras en la que subyacen valores o reglas universales que el supuesto progreso ha ido enterrando o cambiando a su antojo.
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PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Loreak
José Mari Goenaga, Jon Garaño (2014) – España
Pese a recibir dos nominaciones a los premios Goya (mejor película y mejor música original) e incluso competir representando a España para entrar en los Oscars, Loreak no tuvo la repercusión merecida en nuestros cines. Así que si no conocéis su existencia os propongo que deis una oportunidad a esta “pequeña” película rodada íntegramente en euskera. Cuando digo pequeña, no me refiero a la duración de la película (quizá su mayor handicap) sino a la forma de contarnos una historia de lo más normal del mundo, una historia que de alguna u otra manera todos hemos vivido alguna vez en nuestra vida. No esperes en Loreak efectos especiales, héroes, vencedores y vencidos; Loreak es la vida de muchos de nosotros, su transcurso y el papel que cada uno realiza en ella según su manera de ser o de afrontarla. Destacar eso sí la música compuesta para la película por Pascal Gaigne de manera exquisita.
Loreak significa flores en euskera, y son las flores el transmisor y el detonante de esta historia que nos muestra de manera intimista, sutil y delicada, con un tempo narrativo pausado e incluso humilde, el transcurso de la vida de tres mujeres de diferentes edades. Se me hace extraño que esta película haya sido dirigida por dos hombres (José Mari Goenaga y Jon Garaño) porque sinceramente creo que han logrado llegar a la introspección psicológica de la mujer con muy buenos resultados. Seguro que sus madres y hermanas habrán tenido que ver con eso. Ellas, y por supuesto las actrices que dan vida en la película a Ane, Lourdes y Tere: unas espléndidas Nagore Aramburu, Itziar Aizpuru e Itziar Ituño.
En Loreak la vida transcurre lenta y rutinaria, parece que no ocurra nada, pero es más importante lo que no muestra que lo que ocurre. Un símil con la forma que tenemos de afrontar la vida, el género humano en general y los vascos en particular. Y es que una de las características principales de la psique vasca es la interiorización de los sentimientos.
Son muchos los temas que trata y las sensaciones que afloran en el espectador mientras transcurre pausadamente esta perturbadora, desgarradora y emotiva película: la soledad, la falta de comunicación, nuestros sentimientos, la muerte… Pero estoy seguro de que si en Loreak descubrís una historia de amor en sus más variadas versiones, os habrá gustado tanto como a mí.
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PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Making a murderer. Serie documental
Moira Demos, Laura Ricciardi (2015)- U.S.A.
En esta ocasión os proponemos que le deis una oportunidad a este concienzudo y extenso documental que, debido a su duración (tanto por la cantidad de material mostrado como por el largo proceso de los acontecimientos que van sucediéndose), se extiende a más de 10 horas de proyección divididas en 10 capítulos. Ahora que el nivel de las series ha aumentado en cantidad y calidad, superando con creces a la del cine actual, vamos a rizar el rizo y a visionar esta serie documental (género que por cierto también disfruta de una salud plena a día de hoy) titulada con acierto Making a murderer.
La historia nos la presentan dos jóvenes estudiantes de cinematografía: Moira Demos y Laura Ricciardi descubren por casualidad un artículo en el New York Times sobre el caso de Steven Avery titulado ‘Freed by DNA, Now Charged in New Crime’ que les fascinó tanto que alquilaron un coche y, con una sola cámara, se dirigieron a Manitowoc (Wisconsin, EEUU) para empezar a rodar lo que hoy conocemos como Making a murderer.
A partir de aquí poco os podemos contar, os recomendamos que comencéis a ver el documental sin haber buscado información del «caso Avery»; cuanto menos conocimiento del asunto tengáis mejor, porque las directoras ya se van a encargar de ese tema desde el primer momento. Pero no temáis, tanta información no os va a hacer perder el hilo de esta historia, que os enganchará desde el primer capítulo y no os soltará hasta el último segundo del capítulo final.
Making a murderer nos cuenta la desoladora, cruda y real historia de Steven Avery, un joven habitante de la América profunda de nuestros días, concretamente del condado de Manitowoc, perteneciente al estado de Wisconsin, que entró en prisión a los 23 años y permaneció en ella 18 años (de 1985 a 2003).
Y hasta aquí podemos leer… Lo demás os lo dejamos a vosotros para que os sumerjáis en esta tremebunda historia, que no parece real, y que tristemente supera con creces a la realidad. Surrealismo puro y duro en la América más paleta, donde podremos observar desde dentro y con todo lujo de detalles a todos los actores reales de este sainete, todo un estudio psico-sociológico de los diferentes comportamientos del ser humano ante situaciones tan abrumadoras como las que van a sentir todos ellos, y vosotros también una vez que entréis en ese enrarecido ambiente de esos parajes lúgubres y fantasmagóricos de Manitowoc.
Making a murderer ya es un documental que ha pasado a la historia, y no solo por la ardua e inmensa labor de las dos directoras. La forma de contarnos la historia, en nuestra humilde opinión, da en el clavo y, aunque en los capítulos finales se repita alguna información que ya conoces, logra mantenerte con atención (presumiblemente con las manos echadas a la cabeza) durante la mayor parte de sus más de 10 horas de duración, e incluso ha conseguido levantar ampollas en parte de la población americana…. Avisados quedáis.
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PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Sufragistas.
Sarah Gavron (2015) – Reino Unido
El papel de la mujer en el primer mundo está cada vez más consolidado. Aunque todavía queden aspectos por mejorar, ha dado un salto cualitativo espectacular en el último siglo. Por eso, a veces es bueno echar la vista atrás y descubrir cómo pudo ser la vida de nuestras abuelas o bisabuelas. Para ello os proponemos el visionado de la película británica Sufragistas dirigida, como no podía ser de otra manera, por una mujer, Sara Gavron.
Sufragistas es un fiel retrato de lo que era ser mujer en un barrio obrero de Londres pocos años antes de iniciarse la Primera Guerra Mundial. Con una ambientación fidedigna nos introducimos de lleno en la vida de Maud, una joven obrera casada y madre de un niño que trabaja en una lavandería industrial junto a su marido, como muchas otras familias del barrio. Allí, Maud conocerá a una compañera sufragista y, poco a poco, casi de casualidad ejercerá de portavoz de las mujeres de la fábrica.
El gran acierto de la película es no intentar abarcar todo el movimiento sufragista británico, que se inicia en 1870 y perdura hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, y que luchó por obtener el derecho de la mujer al voto, ni mostrarnos a sus principales líderes, Emmeline Pankhurst (interpretada por Meryl Streep y que simplemente tiene una aparición testimonial en el largometraje). Sufragistas se centra únicamente en mostrarnos con pequeñas pinceladas la vida de una pequeña cédula de mujeres que lucharon con muy pocos medios y anteponiendo a su familia, su trabajo y hasta su libertad contra todo el sistema político y judicial que hizo oídos sordos a sus propuestas y respondió con dureza a los actos de sabotaje perpetrados por las sufragistas, hartas de ser ninguneadas por el gobierno inglés.
El dilema de la protagonista es el de muchas de las mujeres de aquella época: se encontraban solas, sin ningún tipo de apoyo de sus maridos, de sus empresas y mucho menos de las leyes de la época, que negaban a la mujer parte fundamental de los derechos que sí tenía el hombre (propiedad, custodia de los hijos, poder disponer de su propio dinero, etc.). Si querían apoyar a la causa sufragista tenían que sacrificar lo poco que tenían y dejarlo todo atrás, pero ¿iba a servir para algo?, ¿Maud era una más del montón de mujeres de barrios obreros que iban a luchar por un ideal para nada, sin importar a nada ni a nadie, tal y como le repetía sin descanso el jefe de policía cada vez que la detenía?
Les recomiendo que vean Sufragistas que, aunque no pase de ser una correcta película, sí que es un sentido homenaje a la mujer. Reflexionen en estos tiempos en los que en muchas partes del mundo la mujer sigue siendo una sierva de su marido y, por supuesto, sigue sin tener el derecho al voto; en otras, es utilizada por las mafias como esclava sexual y, sin irnos tan lejos, podemos comprobar cómo día a día a pocos kilómetros de nuestras casas siguen muriendo mujeres a manos de sus maridos o siguen cobrando menos por hacer el mismo trabajo que un hombre. Quizás no hayamos avanzado tanto como pensábamos, quizás ese gran salto que se dio a principios de siglo gracias a muchas valerosas mujeres esté perdiendo altura.
¿Ya no quedan más sufragistas en el mundo?
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