El tercer hombre
Carol Reed (1949) – Reino Unido
Me va a resultar difícil hacer un análisis de esta película, es un perfecto reloj suizo, funciona perfectamente y, como el mejor de los vinos, mejora con los años. Hasta aquí los tópicos, ahora el cine.
Todo en esta película, todo, es sobresaliente: las escenas, los diálogos, la fotografía, la banda sonora, la trama y la construcción de los personajes.
Y cuando parece que todo acaba, aparece Orson Welles, que ha estado en toda la película colaborando con Reed ayudándolo en la realización, pero cuando entra en escena se come toda la historia y la pantalla. Cuando él aparece todo comienza a orbitar a su alrededor, ya lo estaba haciendo, pero ahora lo vemos.
Hay que sumarle la cámara, las tomas y los planos secuencia. Comiencen a ver la película, cuando vean a Holly Martin bajar del tren y observen con la maestría que están rodados estos primeros cinco minutos, no olviden que quedan 90 y que cada minuto de metraje mejora.
Imposible hacer una recopilación de escenas interesantes, porque en cada resumen que hiciera pondría diferentes. Como todas las grandes películas no lo es por unos momentos o una resolución interesante, lo es porque es una autentica maravilla y cada una de sus escenas puede aparecer en un resumen como ejemplo de lo mas influyente del cine.
Personajes en primeros planos, mientras detrás transcurre la historia, cámaras colocadas en los lugares mas complicados: desde el punto de vista de un niño, detrás de la barandilla, desde la calle. Planos generales que nos muestra una ciudad de Viena en ruinas destrozada tras la guerra, intentando ser reconstruida por los aliados pero donde el mercado negro y el alma de la ciudad aún sigue bajo la desolación que dejó el conflicto.
Los personajes deambulan por las calles solitarias, buscando la oscuridad, pero no están exentos de miradas indiscretas. Y en este escenario es donde la estupenda fotografía de la película se muestra con más intensidad, creando esa penumbra y en la oscuridad fantásticos juegos con las sombras y las luces.
El argumento engancha, nada es lo que parece, los personajes principales tienen los suficientes matices para que no se les pueda encasillar en buenos o malos, tienen mucho gris.
Por poner una pega, la construcción de algún personaje secundario queda un poco cogida con alfileres. Por lo demás, la historia te atrapa y te mantiene en vilo, en resumen estás atrapado en una gran historia, que además está rodada de una forma magistral, es imposible apartar la vista de la pantalla, porque en todo caso lo que estás viendo resulta interesante.
Voy a destacar dos escenas:
Cuando conocemos a Henry Lime, minuto 61, un trávelin a través de una maceta nos lleva a observar a un gato que acaba ronroneando a los pies de alguien. La acción transcurre en un una plaza en la zona más obscura de la escena se intuye una sombra que es iluminada cuando una vecina enciende la luz para ver quien está armando tanto alboroto.
He leído que es la mejor presentación de un personaje de la historia del cine, no lo puedo valorar, pero sí que es una maravilla como esta rodada.
La conversación de Henry y Harry en la noria, como se encuentran los personajes, casi es más importante que lo que se dicen, con la escenas de aproximación ya vemos cómo va a ser el tono de la conversación. Eso es una maravilla, es una definición de lo que es el cine.
Cine negro, hacía tiempo que no aparecía por aquí y lo hace por la puerta grande, con uno de los iconos del séptimo arte, disfruten.
Uranio 235
Novecento
Bernardo Bertolucci (1976) – Italia
En el año 1901, en una finca del norte de Italia, nacen el mismo día el hijo de un terrateniente y el hijo de un bracero que serán amigos inseparables, aunque su relación se verá nublada por sus diferentes actitudes frente al fascismo. Drama que hace un complejo recorrido político y social por la Italia del siglo XX.
La película trata cinco décadas de la historia de Italia, desde 1900 al final de la II Guerra Mundial. Una época tan convulsa no se puede explorar en una película al uso, dura algo más de cinco horas, así que a la hora de afrontarla hay que tener una tarde libre para disponernos a disfrutar de un monumento al cine como es esta película.
El hilo conductor de la película es la relación entre Alfredo (Robert de Niro), hijo del terrateniente, y Olmo (Gerard Depardieu), el hijo de un campesino que trabaja en la hacienda; juntos vivirán la niñez en la finca, empezando una amistad que permanecerá en el tiempo.
Su relación irá variando mientras se van conformando los movimientos sociales y políticos que marcaron la Italia de esos años. Estos comienzan con la aparición de la conciencia campesina, el socialismo y siguen con la respuesta de la oligarquía que se vale del fascismo para retener sus privilegios y continuar con la explotación de las clases trabajadoras.
Así, se observa el auge del fascismo en Italia, en la figura de Benito Mussolini, y la represión a los campesinos. Attila, el fascista administrador de la finca, que contrata el patrón para llevar el negocio, es el brazo ejecutor y promotor de varios crímenes y ajusticiamientos de revolucionarios, y se convierte en uno de los villanos más turbadores del cine (Donald Sutherland).
En la película son muy importantes los personajes de Ana, que se casará con Alfredo, e intentará por todos los medios que este no adopte las ideas fascistas; no lo hará, pero tampoco las cuestiona. Y Reggina, prima de Alfredo, que es una mujer atormentada por el odio, la avaricia y la lujuria; amante, y más tarde esposa de Attila, alentará el odio de este para conseguir sus intereses.
La película retrata la lucha de clases, la evolución de Olmo, que vive dos guerras y la de Alfredo, que las pasa al cuidado de la finca. Como casi siempre la guerras son para el provecho de unos pocos. La evolución de Olmo se ve plasmada en una intervención final durante el juicio al patrón y enemigo del pueblo.
“Los fascistas no son como los hongos que nacen así en una noche, no han sido los patronos quienes han plantado a los fascistas, los han querido, los han pagado, y con los fascistas los patronos han ganado cada vez más hasta no saber dónde meter el dinero, y así inventaron la guerra y nos mandaron a África, a Rusia, a Grecia, a Albania, a España, pero siempre pagamos nosotros. ¿Quién paga? El proletariado, los campesinos, los obreros los pobres.”
“Pero eso ya ha acabado, el patrón ha muerto, el patrón ya no existe”
Con la victoria de los aliados en la II Guerra Mundial parece que por fin la victoria de la revolución se ha producido, pero no es así, dura un suspiro, un instante, el tiempo justo para que la oligarquía se vuelva a recomponer y los campesinos entreguen las armas. Disfrutad de este monumento del cine.
Una película de estas características está llena de escenas memorables, además de un guion excepcional que hacen que en ningún momento el film se haga largo o aburrido, manteniendo siempre la tensión.
Uranio 235
Esta es la programación del mes de enero de nuestro entrañable Cine Club Delicatessen, que llega cargado de buen cine. Como siempre la entrada es libre, y por si fuera poco y te quedas con ganas de más, después de cada película habrá un coloquio sobre la misma, en la cafetería que hay junto a la sala de proyección, al que por supuesto estás invitado/a.
PROGRAMACIÓN ENERO 2014 CINE-CLUB DELICATESSEN
Lugar: Liceo C/Mayor 43 Alcañiz (Teruel).
Hora de comienzo: 20:00
-Miércoles 8 de enero: Ser o no ser (1942), Ernst Lubitsch
-Miércoles 15 de enero: El arca Rusa (2002), Alexandr Sokurov
-Miércoles 22 de enero: Antes del anochecer (2013), Richard Linklater
-Miércoles 29 de enero: Trenes rigurosamente vigilados (1966), Jirí Menzel
Eva Bullet
Mary and Max
Adam Elliot ( 2009) – Australia
Pues es que últimamente este tipo de películas son las que más me gustan y sobre todo porque se está redescubriendo el noble arte de contar historias, y se puede hacer desde una imaginación desbordante, utilizado materiales ya utilizados (plastilina en este caso), pero aportando un lenguaje visual refrescante, imaginativo y original.
Sí, hemos visto todo tipo de películas, todo tipo de tramas, todo tipo de planos, todo tipo de guiones, pero la originalidad es algo que encuentro, sobre todo, en este tipo de cine. El poder crear un mundo a la medida del director, crear los habitantes de ese mundo y nadar en él, tiene sus ventajas.
Lo que se nos propone en Mary and Max, es una historia donde Mary es una niña que vive en Australia, cuya familia no es ni de lejos modélica y su imaginación le permite evadirse de su realidad. Max, americano y habitante de New York, recibe por casualidad una carta de Mary. Max es un cuarentón solitario, Mary una niña de 8 años. Lo curioso es que tienen muchas cosas en común.
No es una historia fácil, ni bonita, es la visión de una niña de su mundo desestructurado y donde su único amigo y confidente es Max.
Con propuestas como estas, el cine de animación, cada vez más, va buscando ampliar horizontes y encontrar en el público adulto y en esta cinta se consigue, vaya si se consigue.
La originalidad de la propuesta se basa en el mundo que crea el director, la imaginación y cómo evolucionan los sentimientos de Mary, y las consecuencias que sufre Max con cada lectura de sus cartas. Toda la película está narrada en tercera persona, es una voz en off la que nos va conduciendo por las diferentes escenas del film.
Lo único que se le puede achacar al film es que al final tira de sentimentalismo, buscando la lágrima facil, algo que parece gustar mucho en el cine actual. Pero, bueno, es un pequeño borrón que no mancha el lienzo. Además, los golpes de humor negro compensan en gran medida el sentimentalismo final.
Un film muy recomendable, que se hace muy corto a pesar del amargor de la historia.
Uranio 235