Portadas frioleras
Aquí tenéis una pequeña muestra de portadas de discos que dan un poquillo de frío sólo con mirarlas. Por supuesto que no son las más representativas, tan sólo son unas de las pocas de las que me han venido a la cabeza. Así que si se te ocurre alguna más, ya estás tardando en apuntárnosla en el apartado de comentarios de esta sección y nosotros la incluiremos inmediatamente. Comenzamos con un disco del mítico cantante de Police, Sting, quién el año pasado sacó un disco de villancicos, nanas y canciones tradicionales. Todas tienen en común que hablan sobre el invierno, que por cierto es la estación preferida de Sting. El disco está titulado If on a winter’s night, y su portada es una simple fotografía del cantante paseando por un nevado bosque junto a su perro,… sólo de mirarla te entra un fresquillo.
STING – If on a winter’s night… (2009)
Seguimos con la portada de un gran disco. Se trata del tercer álbum de la banda americana The Jayhawks, que salió el año 1992, y del que hemos escuchado su música en el especial de canciones sobre hermanas de Ábrete de Orejas. El disco se titula Hollywood town hall, y la portada es una fotografía de Andrew Catlin, en la que se ve a unos abrigados Jayhawks sentados en un viejo sillón. Los vemos delante de una pequeña capilla perdida en ninguna parte, rodeados de un nevado aunque soleado paisaje. Una portada que rezuma frescor y aire puro al igual que el contenido musical del disco.
THE JAYHAWKS – Hollywood town hall (1991)
Continuamos con portadas más gélidas todavía. En este caso contamos con el séptimo álbum de estudio de «la doncella de hierro», que vio la luz allá por 1988 y se tituló Seventh son of a seventh son, y que como ya sabréis fue el primer disco en el que Iron Maiden utilizaron sintetizadores. La espectacular portada está diseñada, como no, por Derek Riggs, el creador de la mascota del grupo, Eddie. El artista creó una espectacular y helada portada alrededor de Eddie para contar esta historia medieval, del séptimo hijo de un séptimo hijo varón, que tendría poderes mágicos como la clarividencia y otras mancias.
IRON MAIDEN – Seventh son of a seventh son (1988)
Y de un maestro de la ilustración pasamos a otro no menos importante, hablamos del británico Roger Dean, uno de los que más influencia ha tenido en las generaciones posteriores. Trabajó con grupos como Rush, Osibisa, o Budgie, pero si hubo un grupo con el que es fácilmente identificable, ese grupo es Yes. Para ellos ha dibujado innumerables portadas. Una de ellas, quizá las más impactante, fue la que realizó para su séptimo álbum de estudio titulado Relayer. Siguiendo su costumbre, dibujó un evocador y onírico paisaje medieval, en el que utilizó la escala de grises para darle un aire frío y bucólico a la majestuosa estampa que presenta en la portada, disfrútala.
YES – Relayer (1974)
Vamos ahora con portadas sin nieve, pero que nos transmiten sensación de frío. La primera de ellas es la del grupo navarro Tahures Zurdos, que tan buenos momentos de Rock nos dejaron en los noventa. Su tercer disco de 1991, Nieve negra, fue el primero que hicieron para una multinacional discográfica. La fotografía del grupo está tomada en el paraje desértico de las Bardenas Reales de Navarra, un lugar donde no es muy habitual que nieve. La luz blanca, en contraste con las grisáceas rocas modeladas por el cierzo, da un aspecto gélido a la portada, cuya foto por cierto, es obra de Paco Rubio.
TAHURES ZURDOS – Nieve negra (1991)
Y para finalizar, una portada en la que la nieve ni siquiera se insinúa, y es que para dar sensación de frío no hay nada mejor que una fotografía de un atardecer otoñal desapacible y tormentoso en cualquier país del norte de Europa. En este caso es Bélgica, de donde son oriundos nuestros protagonistas, Hooverphonic. El grupo tuvo bastante éxito con este su tercer larga duración titulado The magnificent tree, que salió el año 2000, y que está lleno de buenos momentos. La fotografía es obra de Wim Allegaert, y la cara que ponen los miembros del grupo, con la cantante Geike Arnaert al frente con chubasquero hasta el cuello, no es de tener calor precisamente.
HOOVERPHONIC – The magnificent tree (2000)