Billy Casper es un muchacho de aspecto triste que vive en un pequeño pueblo minero del condado de Yorkshire. No va bien en la escuela y comete pequeños hurtos que le reportan algo de dinero. Un buen día, encuentra un pequeño halcón y, lleno de entusiasmo, decide cuidarlo hasta que consiga volar.
Se podría decir que esta es la versión «B» de Billy Elliot, tiene muchos puntos en común: familia desestructurada, clase trabajadora, colegio problemático, un niño como protagonista que tiene un sueño, ser bailarín, y en esta película que le dejen a su aire con Kes.
Igual la comparación es algo forzada, pero cuando acabó la película es lo que me vino a la cabeza. Con Ken Loach me pasa algo curioso, mas allá de la calidad de sus películas, veo su cine como algo normal, quizás porque retrata el mundo al que pertenezco.
Un condado minero, los niños con la cara y las manos sucias, el campo. También influye la temática social de su cine y su enfrentamiento con Margaret Thatcher que hace que me caiga simpático.
En esta película vemos como Billy, un niño introvertido y problemático, mal estudiante, se dedica a repartir periódicos, le roba la leche al lechero, le quita alguna chuchería al tendero y siempre está metido en problemas.
Hasta el día que le explica a toda su clase como ha conseguido adiestrar a su halcón, allí vemos a un ser que, a pesar de las circunstancias que lo rodean, se ha ganado el respeto de sus compañeros.
La secuencia entera del partido de fútbol, con el profesor con la camiseta de Sir Boby Charlton es magnífica. También es muy interesante cuando tienen que ir al despacho del director, para que les eche el sermón.
Una película algo desconocida, más real que Billy Elliot y mucho mejor.
Chihiro es una niña de diez años que viaja en coche con sus padres. Después de atravesar un túnel, llegan a un mundo fantástico, en el que no hay lugar para los seres humanos, sólo para los dioses de primera y segunda clase. Cuando descubre que sus padres han sido convertidos en cerdos, Chihiro se siente muy sola y asustada.
En estas fechas de muchas películas de dibujos animados, quería recomendar una de las mejores de lo últimos años, El viaje de Chihiro de uno de los más interesantes directores de cine de animación en Japón, Hayao Mizayaki. Los quintos del 80 se acordarán de unas series de dibujos animados emitidas en España, Sherlock Holmes o Lupin de este mismo director.
Chihiro cambia de ciudad, y en el viaje con sus padres paran en lo que creen que es un parque de atracciones. Pero es la puerta de entrada a un mundo fantástico donde a los humanos no se les aprecia demasiado. Un mundo lleno de dioses, criaturas extrañas, en un lugar donde nada es lo que parece, lleno depersonajes surrealistas que intentarán ayudar o no a Chihiro a volver al mundo real.
Iremos viendo un desfile de personajes en un mundo de fantasía. El paisaje que nos muestra el director es mágico, con unos dibujos de mucha calidad, al igual que la animación. Las intrigas se suceden mientras Chihiro trabaja en la casa de Yubaba y conoce a los que por allí transitan. Pero no queda aquí el interés de la película, los personajes están trabajados y van evolucionando durante el transcurso de la historia.
Hay que decir también que la película está plagada de referencias a la cultura popular japonesa y resultan un poco chocantes para la nuestra. Pero no es un impedimento para entender la película, ni para disfrutar de un buen rato de cine. También es muy importante la banda sonora que acompaña en todo el metraje y que ayuda a recrear el mundo maravilloso donde transcurre la historia.
Una gran película, una gran experiencia audiovisual, muy recomendable, les invito a que se sumerjan en un mundo de fantasía, disfruten de esta pequeña obra maestra para ver estas fiestas.
Un condenado a muerte se ha escapado
Robert Bresson (1956) – Francia
Abril de 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, Fontaine, un joven de 27 años, miembro de la resistencia francesa, que lucha contra la ocupación nazi, es arrestado por la Gestapo para ser interrogado.
«Esta película está basada en hechos reales y se la voy a mostrar sin ningún ornamento».
La primera escena con la prisión al fondo nos ofrece este mensaje, toda una declaración de intenciones de Bresson, y ya hemos visto en Pickpocket hasta donde es capaz de llegar, usando como él usa la cámara, haciendo de esta una protagonista mas de la película.
Francia, Segunda Guerra Mundial, en una cárcel está recluido Fontaine, en manos de los nazis. Pone todo su empeño para lograr escapar de ella.
La secuencia que abre la película en el coche es sensacional, y sólo es el principio de la película, que está llena de momento sublimes, créanme cuando les digo que siento verdadera devoción por cómo este señor ve el cine.
Fuera banda sonora, sonido ambiente, y aquí también tiene protagonismo. Los sonidos nos alertan de la llegada del guardia y del obstáculo final. Sin banda sonora el sonido ambiente también es uno de los grandes aciertos de la película.
La cámara, los planos fijos nos muestran el detalle. ¿Se puede ver de tantos puntos de vista una celda? ¿Se puede trasmitir mejor la sensación de opresión? ¿Es posible que ocurran tantas cosas en tan poco espacio? ¿Se puede contar esta historia mejor?
Casi siempre la película transcurre en una celda. Muchas veces vemos como trabajan sus manos para fabricar sus útiles, como se asea y planea su fuga, la voz en off nos va narrando la historia.
Decenas de planos asomado a la ventana, y ninguno es igual a otro, todos sirven para contar algo, cuando Fontaine se encarama a las rejas va a encontrar apoyo, aliento, ayuda.
Conforme transcurre el metraje, va creciendo la tensión y la intriga, sin necesidad de artificios, usando las armas de un gran cineasta, la cámara, el actor, la luz, escenas pensadas para transmitir un mensaje en cada momento, los ruidos, todo llena de contenido el metraje, no hay nada que se pueda omitir, nada.
Puedo recomendar todas las escenas de la película, porque toda ella es magnífica, no tiene nada que le pueda reprochar: la fotografía, la luz en las escenas nocturnas, el argumento, la dirección, la voz en off, todo me parece acertado y genial.
Como nota curiosa, Henri Bresson, el gran fotógrafo, es el hijo de Robert Bresson. Una de sus grandes fotografías es esta, curiosamente guarda similitud con esta escena, donde las bicicletas son las protagonistas.
Searching for Sugar Man
Malik Bendjelloul (2012) – Suecia
A finales de los años 60, Rodríguez, un misterioso músico, fue descubierto en un bar de Detroit por dos productores que quedaron fascinados por sus melodías conmovedoras y sus letras proféticas. Grabaron dos discos con la convicción de que el artista se convertiría en uno de los más grandes de su generación. Sin embargo, el éxito nunca llegó, y el cantante desapareció en medio de rumores sobre su suicidio en un escenario.
Película documental, cuenta la historia de Sixto Rodríguez, cantautor americano que al final de los 60 y principio de los 70 intentó hacerse un hueco en la escena musical. No lo consiguió y abandonó ese mundo.
Años después, dos sudafricanos empiezan a buscar información sobre Rodríguez. Su nombre artístico es todo un mito en Sudáfrica, pero hay poca información sobre él, de hecho la leyenda se confunde con la realidad.
Lo que sí es verdad, como se dice en la película, “Rodríguez es mas famoso que Elvis”, como así se demuestra cuando viaja a Sudáfrica y como es recibido por la gente de allí. Como se comenta en el documental, era un ídolo para la clase media de Sudáfrica durante el apartheid, por eso no se ve a nadie negro en todo el documental.
A través del documental vamos conociendo las canciones de los discos de Rodríguez, hay que decirlo, son una pequeña obra de arte, unas letras y una música excepcionales, un artista olvidado que debería tener un mayor reconocimiento, más al saber la clase de vida que lleva en Detroit, aún después de volver de sus giras por Sudáfrica.
Aparte de descubrirnos un gran artista, el director rueda una gran película con unas escenas llenas de significado. Una de mis favoritas es en la que aparece Sixto andando por la nevada Detroit, caminado con dificultad, mientras al fondo, Detroit no es más que la sombra de lo que fue, y él por encima de todo esto. Mientras, suena una de las canciones de su primer disco Cold fact.
Aunque de los temas de este cantante me quedo con Cause.
Una gran película, con un gran mensaje y sobre todo muy buena música.
Amanece, que no es poco
José Luis Cuerda (1989) – España
Teodoro, un ingeniero español que es profesor en la Universidad de Oklahoma, regresa a España para disfrutar de un año sabático. Al llegar, se entera de que su padre ha matado a su madre y, para compensarlo de la pérdida, le ha comprado una moto con sidecar para viajar juntos. Así es como llegan a un remoto pueblo de montaña que parece desierto; lo que ocurre es que todos los vecinos están en la iglesia, porque la misa es un auténtico espectáculo. Padre e hijo asisten a las elecciones que se celebran cada año para designar alcalde, cura, maestro y puta. Además, al pueblo ha llegado un grupo de estudiantes de una universidad norteamericana, unos meteorólogos belgas, un grupo de disidentes de los Coros del Ejército Ruso e incluso invasores camuflados de un pueblo cercano.
La primera vez que la vi, fue con un préstamo de la biblioteca, rondaba los 18 años y alguien me dijo que tenía que verla, que era muy divertida y he de decir que no creo que soltara ni una sola carcajada.
Menuda película, no hay por donde cogerla, es un conjunto de gags cada uno más extraño, más surrealista, más rebuscado. Tampoco es que tenga un hilo argumental más o menos sólido. Un padre llega al pueblo con su hijo en un sidecar, a pasar la noche y allí empieza la historia.
Como digo, me acuerdo perfectamente de cuando la vi y eso sólo ocurre cuando la película para bien o para mal te ha marcado. En este caso la primera vez fue para mal, no entendí la película ni los chistes, nada.
Con el paso de los años la vi más veces y cada día me gustaba un poco más hasta convertirse, por casi todo en una de mis comedias favoritas y supongo que de mucha gente, ya que al estar llena de gags siempre hay alguno que te hace echar unas risas.
Cada vez, según el estado de ánimo y en el momento que te alcanza, van variando los gags favoritos, de esta vez:
-Cuando el mesonero da la charla al médico.
-El argentino que no quería un día ir en bicicleta y otro oler bien, plagia a Faulkner y lo llevan a la Guardia Civil.
-Y por último las elecciones, cuando el alcalde da los resultados.
Como digo, estas son las escenas que más me han gustado esta vez, pero seguro que cambian, una película muy recomendable y divertida.
Johnny cogió su fusil
Dalton Trumbo (1971) – Estados Unidos
No voy a desvelar nada del argumento de esta película, por dos razones:
Si no la han visto, ni conocen nada de ella, les podría chafar la primera parte de la película y no quiero que eso ocurra. Además, merece la pena pensar en lo que nos quiere contar el director, sin estar sugestionados por mi opinión respecto a lo que nos cuenta.
Lo que sí quiero es ponerles en antecedentes sobre el director. Dalton Trumbo fue encarcelado por el comité de actuaciones anti-americanas, pasó once meses en la cárcel, se exilió a México y bajo seudónimo colaboró como guionista, en películas como Espartaco.
Fue también autor del libro homónimo y guionista de la película que nos ocupa este mes.
Como anécdota curiosa, la película estaba pensada para que la dirigiera Luis Buñuel, que llegó incluso a trabajar en el guion aunque al final no quiso continuar con el proyecto. Hay quien dice que en algunas escenas se puede ver la influencia de Buñuel. Existe un documental dedicado a su persona, Trumbo y la lista negra, realizado por su hijo, que invito a que vean.
En ciertas ocasiones la película se puede perder, parece que divaga, pero siempre vuelve con una bofetada de realidad y dolor, hay veces que el director quiere plasmar de manera realista lo que ocurre en la novela sin utilizar los códigos del cine. Es la única pega que se le puede poner a la dirección. En cuanto a los actores, la interpretación de Donald Sutherland es excepcional.
Se puede considerar que es una verdadera película anti-belicista, por la forma que cuenta lo que ocurre en ella, muy lejos de los edulcorados relatos de Hollywood, como por ejemplo la oscarizada En tierra hostil, más parece un publirreportaje sobre Irak que una película de guerra, cruda, desgarrada y cruel.
Como guiño musical para los seguidores de Metallica, el tema «One», del disco And justice for all, está inspirado en esta película, además en el videoclip musical de «One», aparecen escenas de la misma.
Puedo asegurar que no les va a dejar indiferentes el visionado de esta película, cuenten sus impresiones en los comentarios.