PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Un lugar en el mundo Adolfo Aristarain (1992) – Argentina
Me imagino que al igual que un servidor, vosotros fieles lectores de esta publicación, tenéis la buena costumbre de utilizar la música y el cine como catalizadoras de vuestras emociones. Seguro que cuando estáis bajos de moral recurrís a un viejo disco que os evoca tiempos pasados más felices, o veis esa película que sabéis que os va a haceros sentiros mejor. Hasta el día de hoy esa terapia me ha resultado infalible, y así creo que seguirá, sobre todo después de volver a revisitar una película con mayúsculas como es Un lugar en el mundo.
Un lugar en el mundo nos cuenta el regreso de Ernesto a su pequeño pueblo de la provincia de San Luis en Argentina, un pueblo ganadero en el que hay que luchar para sobrevivir. Desde allí, Ernesto recordará los momentos y las vivencias más importantes de su niñez y adolescencia. Ernesto es hijo de Mario, un profesor que, aparte de dar clases a los niños del pueblo en su propia casa, también dirige la cooperativa ganadera del pueblo que el mismo creó. La madre de Ernesto se llama Ana y es la médica del pueblo. La llegada de un geólogo español llamado Hans, resultará determinante. Andrada, el cacique del pueblo, lo ha contratado para buscar petróleo en sus tierras.
Y poco más puedo y quiero añadir, a partir de aquí ese gran director que es Adolfo Aristarain nos ofrece una clase magistral de su concepción del mundo que nos rodea. Aprovecha para hacer una exhaustiva radiografía de Argentina, su país, aunque los temas tratados en la película son tan universales que los vamos a poder rebatir como Hans hace con Mario en la película. Temas como el poder, la corrupción, las clases sociales, la cultura, la amistad, el amor, o la omnipresente iglesia, son tratados en la película. Y aunque parezca que los temas y las conversaciones vayan a ser tan tediosos como farragosos, Aristarain se encarga con un guion sublime de dejarnos anonadados con esas poéticas sentencias que pronuncian sus personajes.
Y hablando de los personajes, es difícil elegir quien de los actores está más sublime en su papel, injusto sería no poner en el mismo nivel el magnetismo de las interpretaciones de Cecilia Roth, Federico Luppi y José Sacristán. Todos y cada uno de ellos acaban conquistando al espectador y haciendo que queramos viajar a ese remoto pueblo de la inmensa Argentina para ser partícipes de esta entrañable historia llena de emociones y sueños rotos.
Nos encantaría escuchar junto al calor de la lumbre las eternas peroratas de Mario, Ana, Hans y Nelda, cuya elocuencia aumenta con la misma proporción de los vasos de grappa que van calentando sus almas. Nos encantaría por supuesto ponernos a escondidas el perfume de Ana y sentirla como siempre tan presente y cercana. Y mataríamos por haber sido alguna vez alumnos de ese geólogo metido a profesor, en el que por momentos se convierte Hans (no puede haber una clase explicada mejor y con tanta pasión).
Desafiaremos a galope a lomos de Dumas, al tren de la vida que pasa junto a nosotros con la misma inconsciencia que Ernesto, y lucharemos por nuestros ideales aún sabiendo que la batalla está perdida de antemano. Nos embriagaremos de ese primer amor que nubla los sentidos y que nos dejará marcados para siempre. Y por supuesto, aprenderemos a leer el alma de las piedras.
Si te encuentras un poco perdido, quizás esta película te ayude a encontrar tu lugar en el mundo.
PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Corazón gigante Dagur Kári (2015) – Islandia
Últimamente el cine islandés nos está dando muchas alegrías, es curioso como un país con casi la mitad de habitantes que la ciudad de Zaragoza y una humilde producción cinematográfica sea capaz de crear películas tan interesantes como la que os quiero proponer este mes desde estas páginas. Se trata de Fúsi, cuyo título como por desgracia es habitual para el mercado español fue cambiado por el de Corazón gigante, que, aunque no me guste mucho, es bastante más apropiado que el elegido para el mercado anglosajón donde el bochornoso título es Virgin mountain.
Pues bien, Corazón gigante nos cuenta la rutinaria vida de Fúsi que a sus 43 años y bastantes kilos de más, vive en casa con su madre, donde su mayor pasatiempo es recrear batallas de la Segunda Guerra Mundial con maquetas y jugar con coches teledirigidos. Trabaja cargando maletas en el aeropuerto donde suele ser frecuentemente objeto de las bromas de sus compañeros. Y es que a ojos de los demás Fúsi es un inadaptado, que además soporta con resignación las humillaciones que recibe, con lo cual se convierte en blanco fácil de las burlas de sus mal llamados compañeros.
Pero nosotros los espectadores, gracias al buen hacer del director de la película vamos a conocer realmente como es Fúsi en realidad, y lo que es más importante, poder vislumbrar por qué Fúsi ha llegado a desarrollar esa peculiar personalidad, una personalidad que le hace tener muchas dificultades para relacionarse con los adultos. Fúsi se siente más seguro en su mundo, con sus juegos, sólo se encuentra cómodo jugando con la hija de su vecino que tiene 8 años. Y aunque no vamos a conocer nada de su pasado, sí que podemos imaginarnos cómo ha podido ser la infancia de Fúsi y los motivos por los que se ha ido encerrando cada vez más en su mundo hasta llegar a parecer un niño con el cuerpo (en este caso muy voluminoso) de un adulto.
El actor que hace el papel de Fúsi en la película es el cómico islandés Gunnar Jónsson que está inmenso (nunca mejor dicho), y que nos transmite esa candidez y bondad intrínseca que posee el protagonista, pero también nos muestra esos miedos e inseguridades que le hacen retraerse para con los demás. Pero el cumpleaños de Fúsi provocará un hecho que hará que nuestro pequeño gran hombre vea algo más allá de su círculo vicioso, ¿logrará vencer sus miedos?, eso es lo que tendréis que comprobar viendo Corazón gigante.
La excepcional actuación de Gunnar Jónsson deja eclipsados a los demás personajes de la película, y por ese motivo se echa en falta un poco más de profundidad en algunos de ellos, como el de la madre, o la hija del vecino, que podían haber enriquecido el argumento de esta buena película.
En resumidas cuentas, Corazón gigante es un bonito homenaje a todas esas personas que por el motivo que sea han sido tratadas con desdén por el resto de la sociedad. Una sociedad que juzga por las apariencias y que castiga a los que no siguen sus patrones impuestos. Si no los cumples, quedas automáticamente apartado de ella. No sé si seré muy friki, o es que Fúsi me ha llegado muy adentro, quizás sean las dos cosas, el caso es que desde casi el principio de la película he empatizado y he logrado comprender como se siente, y lo que es más importante, darme cuenta de que si hubiese mucha más gente como Fúsi en el mundo, las cosas nos irían mejor a todos.
PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
El diario del bloqueo
Andrey Zaitsev (2020) – Rusia
No soy muy amante de las películas de acción y sin embargo, cada vez que se estrena alguna película sobre la Primera o la Segunda Guerra Mundial me entra un inconsciente e irrefrenable deseo de verla. El problema es que este tipo de películas proliferan en demasía, la mayoría abusan de los efectos especiales y se pasan por el forro el rigor histórico, así que para mí es fácil separar el grano de la paja, a los pocos minutos del metraje me puedo aventurar sin temor a equivocarme si la película va a ir directa al cajón del olvido o, por el contrario, merece la pena ser recomendada, como es el caso.
Así que os quiero proponer que veáis la película rusa El diario del bloqueo que os aseguro me ha impresionado como hacía tiempo no ocurría con ninguna película de cualquier género. Después de salir del cine volví a sentir esa sensación de que la película me había sobrepasado por completo, lo cual es sinónimo de que el director ha conseguido su propósito. La película está dirigida por Andrey Zaitsev, bastante premiado en su país, pero apenas conocido fuera de él pese a tener ya seis películas bajo el brazo. Esperemos que con El diario del bloqueo la cosa se remedie. De momento los premios siguen cayendo: Premio al mejor director en el Festival de Pekín y el Gran Premio Del Jurado y el Premio del Público en el Festival de Moscú.
La película nos cuenta el asedio de la ciudad de Leningrado desde las vivencias de Olga, una civil que como la totalidad de sus conciudadanos sufrió el bloqueo por parte del ejército nazi durante casi 2 años y medio, aunque la película se centra solo en el primer invierno de los tres que tuvieron que soportar. El ejército alemán intentó tomar la ciudad de Leningrado -actual San Petersburgo- pero se encontró con más resistencia de la esperada, así que ante la imposibilidad de tomar la ciudad rápidamente idearon una macabra estrategia que consistió en bloquear totalmente la ciudad para que el hambre y el frío hicieran rendirse al Ejército Rojo y a la población civil. Más de 2 millones y medio de civiles quedaron encerrados como en una ratonera. Los alemanes se encargaron de bombardear los almacenes de alimentos confiando que la población no aguantaría el primer invierno, un invierno que alcanzó temperaturas mínimas históricas, lo cual ya es mucho decir en esas zonas. Pero la naturaleza humana es sorprendente y el nivel al que un ser humano puede aguantar el sufrimiento parece irreal en esta película.
Y es de eso de lo que trata fundamentalmente la película, de llevarnos junto a Olga, la protagonista, en ese viaje suicida que inicia para intentar despedirse de su padre. Un viaje aterrador que nos va encogiendo el alma lentamente, como los pasos que va dando sobre la inmensa manta de hielo y nieve que cubren una fantasmal ciudad de Leningrado. Una puesta en escena sobrecogedora y la espectral fotografía en blanco y negro de la película hacen que el frío, el hambre, y la miseria, se nos claven hasta el tuétano, y ese fantasmagórico desfile de almas en pena nos produzca una mezcla entre horror y desolación como pocas veces vamos a sentir.
El director sabiamente utiliza los sueños y los pensamientos de Olga para darnos un poco de luz y de calor, y al igual que para Olga, es un clavo ardiendo al que nos tenemos que agarrar para poder soportar la dureza de la película. Los diálogos son escasos, como las fuerzas que les quedan a los habitantes de la ciudad. Así que el hilo conductor de la película es el diario de Olga narrado con voz en off. Un diario que su propia protagonista, la poetisa rusa Olga Bergholz, convirtió en novela y ha sido el argumento de esta película en la que no hay nada ficcionado, todo es real e incluso se han omitido otros execrables hechos que ocurrieron durante el asedio.
PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Una joven prometedora
Emerald Fennell (2020) – Inglaterra
Película de extremos la que os presento este mes en Compromiso y Cultura, ensalzada por unos y vilipendiada por otros (sobre todo tras sus varias nominaciones y premio Oscar al mejor guión), Una joven prometedora según mi opinión es simplemente una película en la que su directora Emerald Fennell nos muestra desde su punto de vista toda la rabia, el dolor, los traumas y la frustración que ha generado una violación, y a partir de ese cúmulo de sensaciones que se ven representadas en su personaje principal Cassie, la directora monta una película llena de venganza y una especie de intento de liberación del machismo que todavía perdura en nuestra sociedad.
Así que tu tarea como espectador será descubrir que tipo de persona es Cassie, ¿es una psicópata?, ¿una especie de superhéroe femenina que lucha contra el patriarcado?, ¿o quizás una joven rota psicológicamente que intenta recomponerse de una manera poco ortodoxa?
Para un servidor el mayor acierto de la directora es tomar partido desde el principio, y sin ningún tipo de reparos al igual que hace Cassie, humillar a los hombres y mostrarlos como seres básicos y primitivos, engreídos que se creen que cada mujer esta hecha para su disfrute y utilizan las más rastreas y vergonzosas tácticas para conseguir su pieza, como en los documentales de la sabana africana se aprovechan de la gacela más desvalida o de la que por un descuido se ha apartado del rebaño. Parece que a algunos les ha escocido ver a hombres pillados en un renuncio cuando Cassie los pone en su sitio y les da lo que merecen, en fin, tantos años de dominación sobre la mujer es lo que tiene…
Carey Mulligan (left) stars as «Cassandra» and Christopher Mintz-Plasse (right) stars as «Neil“ in director Emerald Fennell’s PROMISING YOUNG WOMAN, a Focus Features release. Credit: Courtesy of Focus Features
La película también se sostiene por la gran actuación de Carey Mulligan, que nos muestra las dos caras de Cassey, la de el día a día normal, y la Cassey que por la noche recorre los antros de la ciudad buscando aplacar su sed de venganza.
La pena es que con el paso de los minutos la película se desinfla un poco, y todo por culpa de algún giro inesperado de la trama que considero prescindible, como la historia de amor, (con un momento de auténtico sonrojo amenizado musicalmente para más inri con una canción de…¡Paris Hilton! que parece hacer naufragar la película), también hay un personaje que es el abogado que parece un pegote añadido que no aporta nada, y sobre todo el final, que en este caso podemos librar de la culpa a la directora, porque en una entrevista reconoció que tuvo que añadir otro final obligada por los productores, así que haceros a la idea que los últimos cinco minutos de la película sobran.
La banda sonora es ideal para los milenials que por el año 2000 estaban en la flor de la vida, está compuesta por versiones de canciones bastantes intrascendentes que no creemos que pasen a la historia de la música (por lo menos a la de la nuestra), aunque si que hay que reconocer que hay una versión instrumental del tema Toxic de Britney Spears hecha con violines que es maravillosa y ella sola se basta para hacer remontar la parte casi final del filme.
Es una lástima que Una joven prometedora se quede en eso, una promesa que podía haber dado mucho más de si, aunque nos deja sobre aviso de una directora Emerald Fennell, que sin tapujos llama a las cosas por su nombre y que con esta película se alza en representación de las mujeres que desde el inicio de los tiempos han tenido que aguantar el sometimiento del hombre, y que por desgracia y a los hechos me remito, sigue tratando a la mujer como un mero objeto para su satisfacción personal.
Creo que no ando muy desencaminado si afirmo que Una joven prometedora se convertirá en una película de culto
PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Maixabel
Icíar Bollaín (2021) – España
Seguramente esta película causará disparidad de opiniones dependiendo del tipo de espectador que se acerque al cine atraído por el peliagudo tema del que trata Maixabel. Me explico: pese a que el anuncio del fin de ETA fue hace justo ahora 10 años, la perspectiva con la que puede verse esta película varía en función de muchos factores y de los diferentes prismas desde los cuales cada persona ha vivido esos terribles años de terror y sufrimiento. Las diferentes miradas de familiares de víctimas de ETA, de familiares de los terroristas, de estos mismos, de los cuerpos de seguridad del Estado, de la gente que vivió atentados de cerca, o de los que vivieron esos años intentando convivir con el odio y el miedo en esa zona de guerra en que se convirtieron Navarra y el País Vasco durante demasiados años. También es muy importante la visión que de esta película pueden tener los más jóvenes, que apenas recuerdan o quizás no hayan oído hablar de ETA, para que sean conscientes de lo que se vivió no hace tanto tiempo. Así que voy a intentar daros mi punto de vista sobre Maixabel, un punto de vista que en este caso más que nunca va a ser personal e intransferible, y no quiero que os condicione a la hora de ir a ver esta película. A partir de ahí que cada uno procese la película en función de como vivió en su día esos difíciles años.
Un servidor vivió su juventud esos años en el meollo del asunto, en un lugar donde al colegio asistían en la misma clase familiares de víctimas de ETA, un par de pupitres al lado familiares de presos o de ETA, el hijo de un Guardia Civil y en el pupitre de detrás, un militante de Jarrai. También vivió con inconsciencia la Kale Borroka, y tuvo bastante suerte de librarse de algún malentendido con las fuerzas del orden, que en aquellos tiempos podría haber supuesto un trauma de por vida quizás. No era fácil ser joven en aquellos tiempos en los que todo era blanco o negro, o estabas en un bando o en otro, siempre eras el enemigo de alguien, o de uno o de los otros, tenías que tener cuidado de lo que decías, cómo lo decías y a quién se lo decías, y las relaciones personales se iban resquebrajando. Desconfianza, miedo, paranoia, eso es lo que respiramos en esas bonitas y verdes montañas en las que un cielo plomizo y gris fue cubriéndolo todo durante décadas dejándonos a todos los habitantes una lúgubre huella que perdurará para siempre.
Así que desde lo que viví podría poner ciertas trabas a la película, partiendo del hecho en que se basa en hechos reales, aunque algunos de ellos ficcionados, sobre Maixabel Lasa, cuyo marido Juan María Jáuregui fue asesinado por ETA. En mi opinión se tendría que haber utilizado más el euskera para que fuera más creíble, sobra alguna escena de auto-homenaje partidista, -algunos personajes secundarios tenían más recorrido del que se les da-, hay una parte en la película en el que el personaje de Maixabel queda un poco aparcado, y ese final made in Hollywood no era necesario. La película pierde el efecto sorpresa después del exhaustivo documental de Jon Sistiaga, ETA: El final del silencio, del libro y la multipremiada serie Patria o el programa Salvados de Jordi Évole.
Pero a pesar de todo esto Icíar Bollaín sale milagrosamente indemne de un ejercicio tan arriesgado y camina al borde del precipicio llegando a buen puerto gracias al buen trabajo de los actores, un guión con algunos momentos destacables, y una dirección que consigue emocionarnos durante todo el metraje, convirtiendo Maixabel en una película NECESARIA. Una película que habla de los remordimientos y sobre todo el perdón, un perdón que algunos pedirán, otros darán, y aunque no consiga nunca curar el dolor ni cicatrizar las heridas, es un canto de esperanza y una mano tendida a ambos bandos para que esto nunca más vuelva a repetirse.
PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
El hoyo
Galder Gaztelu-Urrutia (2019) – España
Los directores de cine españoles son unos maestros cuando se trata de espacios reducidos, ya lo demostró en su día Mercero en La cabina, Amenábar en Tesis y Los otros, Rodrigo Cortés en Buried (Enterrado) y qué decir de Luis Buñuel con El Ángel exterminador. Pues bien, a estos nombres habrá que añadir el de Galder Gaztelu-Urrutia con su ópera prima El hoyo que va a aumentar nuestra claustrofobia a niveles desesperantes. Ahora que los escape-room triunfan allí donde se abren, la propuesta de El hoyo podría servir para llevar al extremo un proyecto de este tipo de salas; también nos recuerda a la serie Black mirror y, por supuesto, a la película de culto Cube. Y si a todo ello le sumas una buena ración de gore estilo Saw, pues se nos queda una interesante película llena de tensión y de mucha más carga filosófica, crítica y política de lo que pueda llegar a parecer, así que no te esperes la típica película de terror para adolescentes: El hoyo tiene muchas lecturas que un buen aficionado al cine debería descubrir.
El argumento es pura ciencia ficción -o no-. Nos presenta un futuro distópico en el que personas que han cometido crímenes u otras que quieren conseguir un certificado están encerradas en el hoyo, una gigantesca mole de cientos de niveles, en los que en la parte central hay una plataforma que se llena de comida y va bajando para ir alimentando los distintos niveles. Obviamente conforme va bajando de nivel va quedando menos comida, por cada nivel hay dos personas que no se conocen y que cada cierto tiempo se despertaran en un nivel y con una compañía diferente. Como dice uno de los personajes de la película: «en el hoyo sólo hay tres tipos de personas: los de arriba, los de abajo, y los que caen». Está claro que si estás en los niveles de arriba, tendrás comida de sobra y ningún problema con tu compañero de nivel, pero ¿qué ocurrirá cuando te encuentres en los niveles más bajos y no llegue apenas comida?. Con este sencillo argumento El hoyo traza multitud de paralelismos con nuestro sistema de clases sociales, el económico, incluso hace referencia a las religiones, pero también es todo un tratado sobre la naturaleza del ser humano. Veremos cómo la misma persona se comporta de una u otra manera según las cosas vayan bien o mal dadas, o cómo el individuo puede pasar de ser solidario a egoísta en un abrir y cerrar de ojos.
Así que quizás ni la película nos hable del futuro, ni mucho menos sea tan distópico como quiera aparentar, quizás estemos todos aquí y ahora dentro del hoyo, quizás tengamos la suerte de estar en los niveles intermedios donde podemos ir saliendo del paso sin necesidad de interactuar con nuestro vecino de nivel, así menos problemas, el que esté más abajo que se busque la vida y nosotros a ver si tenemos la suerte de que nos toque la lotería y podamos subir a un nivel más alto y cómodo. También podemos hacer como Goreng, el protagonista, que va aprendiendo cómo funciona el hoyo e intentará cambiar el sistema desde dentro. ¿Podrá hacerlo solo, conseguirá apoyos?. Eso es lo que tendremos que descubrir viendo esta angustiosa, claustrofóbica y perturbadora película que llega al notable, al igual que su banda sonora, pero que quizás nos descoloque con un final bastante desconcertante en mi opinión.