Un pequeño mundo (2021) – Laura Wandel
PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Un pequeño mundo
Laura Wandel (2021) – Bélgica
Parece ser que últimamente el cine belga goza de buena salud, nos lo está demostrando con buenas películas, y lo que es más importante con una cantera bien surtida de jóvenes promesas de la dirección como es el caso de la realizadora Laura Wandel. Con su ópera prima Un monde, titulada para ser exhibida en las salas españolas como Un pequeño mundo, ha conseguido según mi opinión tratar de manera tan delicada como magistral un tema tan peliagudo como es el del acoso escolar o bullying.
La película también ha recibido el reconocimiento de la crítica cinematográfica, concretamente el de la prensa especializada que le otorgó un más que merecido premio FIPRESCI en el Festival de Cannes del pasado año. Además, Un pequeño mundo fue nominada a los Premios del Cine Europeo y seleccionada para representar a su país, Bélgica, en la carrera hacia los Oscars.
El estilo cinematográfico de Laura Wandel tiene evidentes influencias del de sus paisanos los hermanos Jean Pierre y Luc Dardenne. Un pequeño mundo también me recuerda, aparte de por su temática infantil, al cine de la realizadora francesa Céline Sciamma en películas como Tomboy (de la que ya os hablé desde estas mismas páginas) o la más reciente Petite maman, en la que incluso la duración del metraje y el cartel que la representa son muy similares.
Desde el comienzo, Laura Wandel nos mete de lleno en la historia presentándonos una situación que todos hemos vivido, la misma que la pequeña Nora, una niña de siete años que llora desconsolada mientras se aferra fuertemente a su padre ante la tesitura de enfrentarse sola a su primer día de colegio. Su hermano mayor Abel intenta calmarla con la promesa de que se verán en el recreo. A partir de entonces viviremos de primera mano las tribulaciones de Nora en ese nuevo, gigantesco y desconocido mundo que va a ir descubriendo y en el que va a tener que intentar encontrar su lugar.
Cámara en mano y siempre a la altura de los ojos de Nora, la directora nos muestra la mirada entre inocente y temerosa de la pequeña. Los abruptos a veces movimientos de la cámara reflejan los vaivenes emocionales de la protagonista que intenta asimilar todo lo que le pasa a ella y a su entorno. La mayor parte de las imágenes se centran en los juegos o las clases. Los profesores, los padres, e incluso el propio colegio aparecen en contadas ocasiones e incluso desenfocados, dándonos a entender quizás lo alejados que están cuando se presenta el problema del bullying. Los primeros planos son mayoritariamente para Nora, interpretada por la pequeña Maya Vanderbeque en una de las actuaciones más memorables que yo recuerde en muchos años. La mirada de Nora, o sus cada vez más «adultas» reflexiones, conmueven, emocionan y producen un efecto devastador en cualquiera que vea la película. Está claro que, aparte de la valía de la niña, Laura Wandel ha sabido dirigirla a la perfección.
En tan sólo 70 minutos y en una manera de rodar que a veces se asemeja a un documental, Un pequeño mundo nos muestra la lacra del acoso escolar desde un punto de vista novedoso, sin querer juzgar nada ni a nadie, simplemente mostrándonos los hechos, pero sobre todo haciéndonos partícipes de cómo son las emociones que viven en su interior las víctimas. La sensación de terror, claustrofobia, indefensión, soledad o asfixia son palpables a cada momento en un ambiente hostil, opresivo y lleno de tensión desde el primer instante.
La directora sabe jugar también la baza del sonido, ya que prescinde totalmente de una banda sonora al uso. Utiliza por ejemplo el estridente y molesto vocerío de los alumnos en el recreo como una especie de terrorífica alarma que avisa a la protagonista de que se ponga en guardia. Al contrario, el efecto del sonido amortiguado en la profundidad de la piscina provoca en ella una especie de colchón de paz interior. Esto la aleja durante unos segundos de la realidad que le toca afrontar en cuanto vuelva a salir a la superficie.
Os aconsejo que veáis Un pequeño mundo en versión original, junto a vuestros hijos, es más, desde ya esta película debería ser de obligada proyección en todos los centros escolares.
Accattone