Despedidas (2008) – Yojiro Takita
PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Despedidas
Yojiro Takita (2008) – Japón
Aprovechando la festividad de todos los santos he querido traer a esta sección alguna película relacionada con el tema de la muerte. Tenía intención de proponer la producción lituana Una película sobre la vida, de la que la crítica había hablado maravillas. En ella, se nos cuentan las vicisitudes de una joven que se encarga de organizar el funeral de su padre. La película no está mal, incluso tiene buenos momentos en los que el guion y alguna situación rayan por encima de la media, pero en conjunto no me acabó de convencer del todo para que apareciese este mes en Compromiso y Cultura. Así que pensando qué filme podría elegir, me vino a la cabeza la película Despedidas, dirigida por Yojiro Takita y estrenada el año 2008. Nos cuenta la historia de Daigo, un violonchelista que se ha quedado en paro, con poca esperanza de poder encontrar trabajo en ninguna orquesta, y que decide volver junto a su esposa a la ciudad donde nació, en busca de algún empleo.
Despedidas es una curiosa y original película japonesa en la que los vivos están muertos (y no hablo de espíritus) y los muertos son preparados para la otra vida gracias a las manos del protagonista, que nunca se imaginó que su función en la vida podía llegar a ser esa. El quejumbroso sonido del violonchelo, tan adecuado para describir las amargas sensaciones que provoca la muerte de alguien querido es la banda sonora de la película, todo un acierto por parte del director. Lo mismo se puede decir del actor protagonista y del que hace el papel de su jefe en la funeraria.
Yojiro Takita nos demuestra sutileza en el manejo de la cámara, destacando sobre todo esas magistrales escenas en las que podemos presenciar esa curiosa coreografía de los movimientos de las manos del protagonista cada vez que prepara al fallecido para su largo viaje. Unos movimientos que son a la vez teatrales y respetuosos hacia el fallecido, haciendo gala de la forma de ser del pueblo nipón y la manera de concebir la muerte en el imperio del sol naciente. La fotografía de la película también es de una factura notable, así como la forma de tratar los momentos duros en la película (que son muchos), donde hábilmente el director descarga la insoportable tensión con pinceladas de humor negro consiguiendo aliviar y dar un halo de esperanza y buen rollito a la película a pesar del tema tan peliagudo tratado.
Esta película también es una buena piedra de toque para descubrir las diferencias entre la cultura oriental y occidental a la hora de enfocar el final de la vida humana. Quizás a la sociedad occidental le falte tratar a la muerte con más naturalidad, quitarle toda esa trascendencia y ese miedo, o sobre todo superar el rechazo a enfrentarse a un hecho tan inexorable como es la muerte. Una situación que, por cierto es la única que coloca a todos los seres humanos en la misma condición, sin distinción de raza, sexo, religión, pensamiento político o número de ceros en la cuenta bancaria. No creo que exista algo más justo.
Volviendo a la película, aunque es de notable alto, todo no iba a ser perfecto, ya que según mi opinión tiene algún momento de debilidad. Como por ejemplo en el caso de la relación entre el protagonista y su mujer, que queda un poco descuidada conforme avanza el metraje del film. O ese final que seguramente le valió para ganar el Oscar a la mejor película extranjera, pero a mí se me antoja innecesario ya que busca descaradamente la sensiblería fácil y un final made in Hollywood; (aunque sea a la japonesa).
De todas maneras, os recomiendo que veáis Despedidas, una película de esas que te hacen pensar en el sentido de la vida, y en cómo ser un poco mejor persona; (aunque por supuesto vosotros/as ya lo seáis).
Accattone