Sufragistas (2015) – Sarah Gavron
PELíCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Sufragistas.
Sarah Gavron (2015) – Reino Unido
El papel de la mujer en el primer mundo está cada vez más consolidado. Aunque todavía queden aspectos por mejorar, ha dado un salto cualitativo espectacular en el último siglo. Por eso, a veces es bueno echar la vista atrás y descubrir cómo pudo ser la vida de nuestras abuelas o bisabuelas. Para ello os proponemos el visionado de la película británica Sufragistas dirigida, como no podía ser de otra manera, por una mujer, Sara Gavron.
Sufragistas es un fiel retrato de lo que era ser mujer en un barrio obrero de Londres pocos años antes de iniciarse la Primera Guerra Mundial. Con una ambientación fidedigna nos introducimos de lleno en la vida de Maud, una joven obrera casada y madre de un niño que trabaja en una lavandería industrial junto a su marido, como muchas otras familias del barrio. Allí, Maud conocerá a una compañera sufragista y, poco a poco, casi de casualidad ejercerá de portavoz de las mujeres de la fábrica.
El gran acierto de la película es no intentar abarcar todo el movimiento sufragista británico, que se inicia en 1870 y perdura hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, y que luchó por obtener el derecho de la mujer al voto, ni mostrarnos a sus principales líderes, Emmeline Pankhurst (interpretada por Meryl Streep y que simplemente tiene una aparición testimonial en el largometraje). Sufragistas se centra únicamente en mostrarnos con pequeñas pinceladas la vida de una pequeña cédula de mujeres que lucharon con muy pocos medios y anteponiendo a su familia, su trabajo y hasta su libertad contra todo el sistema político y judicial que hizo oídos sordos a sus propuestas y respondió con dureza a los actos de sabotaje perpetrados por las sufragistas, hartas de ser ninguneadas por el gobierno inglés.
El dilema de la protagonista es el de muchas de las mujeres de aquella época: se encontraban solas, sin ningún tipo de apoyo de sus maridos, de sus empresas y mucho menos de las leyes de la época, que negaban a la mujer parte fundamental de los derechos que sí tenía el hombre (propiedad, custodia de los hijos, poder disponer de su propio dinero, etc.). Si querían apoyar a la causa sufragista tenían que sacrificar lo poco que tenían y dejarlo todo atrás, pero ¿iba a servir para algo?, ¿Maud era una más del montón de mujeres de barrios obreros que iban a luchar por un ideal para nada, sin importar a nada ni a nadie, tal y como le repetía sin descanso el jefe de policía cada vez que la detenía?
Les recomiendo que vean Sufragistas que, aunque no pase de ser una correcta película, sí que es un sentido homenaje a la mujer. Reflexionen en estos tiempos en los que en muchas partes del mundo la mujer sigue siendo una sierva de su marido y, por supuesto, sigue sin tener el derecho al voto; en otras, es utilizada por las mafias como esclava sexual y, sin irnos tan lejos, podemos comprobar cómo día a día a pocos kilómetros de nuestras casas siguen muriendo mujeres a manos de sus maridos o siguen cobrando menos por hacer el mismo trabajo que un hombre. Quizás no hayamos avanzado tanto como pensábamos, quizás ese gran salto que se dio a principios de siglo gracias a muchas valerosas mujeres esté perdiendo altura.
¿Ya no quedan más sufragistas en el mundo?
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