Guerra de independencia de Argelia

La batalla de Argel (1965) – Gillo Pontecorvo


La batalla de Argel
Gillo Pontecorvo (1965) – Italia

Relato sobre los orígenes, el desarrollo y el fin del enfrentamiento entre el Frente de Liberación Nacional (FLN) de Argelia y las autoridades coloniales francesas. El protagonista, Ali La Pointe, es uno de los más destacados activistas de la Casbah de Argel.

La Casbah, barriada de Argel, se convierte en la sede del Frente de Liberación de Argelia, donde comienza la lucha por la independencia del país sobre el estado francés.

Desde el comunicado unilateral de independencia, hasta los primeros asesinatos a las fuerzas de ocupación y la respuesta por parte del ejército creación del gueto de la Casbah. (Sorprendente después de lo que los nazis hicieron en Varsovia y la represión a la que fue sometido el pueblo francés durante la ocupación nazi).

La espiral va creciendo hasta que se coloca una bomba en la barriada, matando a gente inocente. En ese momento la venganza del ejército de liberación no se hace esperar.

La brigada de paracaidistas franceses llega a Argel para hacer frente al terror, y la explicación que da el coronel Mathieu a sus tropas es el eje central de la política represiva de los estados.

“Nos encontramos una maraña de leyes y de reglamentos que continúan siendo operantes, como si Argel fuera un lugar de veraneo y no de batalla. Nosotros hemos pedido carta blanca, pero es difícil poderla obtener, hay que encontrar entonces la ocasión que legitime nuestra intervención y la haga posible, esta ocasión tenemos que crearla nosotros mismos”.

La película deja encima de la mesa muchas preguntas de índole política, social y ética.

-¿ Hasta dónde se puede llegar en pos de la libertad de un pueblo?
-¿Es legítimo el uso de la fuerza?
-¿Es legítimo el uso de la violencia para luchar en contra de la represión?, ¿O sólo la puede ejercer el estado?
-¿Hasta dónde puede llegar el estado en la lucha contra los que piden la independencia?
-¿Es legítima la violencia, la tortura y no respetar los derechos humanos?
-¿Puede una sociedad democrática soportarlo?
-¿Tenemos que creer a los periodistas que nos informan de lo que ocurre?

Estas preguntas las suelen responder las naciones y los pueblos que han vencido, estos están legitimados por la victoria, así como la victoria legitima los métodos para conseguirla, en caso de que sean dudosos; para eso están los medios de comunicación.

Uranio 235

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