Paloma San Basilio
SALIENDO DEL ARMARIO/ Paloma San Basilio
No se me caen los anillos al proclamar mi amor incondicional por la eternamente joven Paloma San Basilio. Nunca me han fascinado los musicales, un terreno donde Paloma es el máximo exponente en lengua castellana, triunfando alrededor del mundo con representaciones grandiosas de obras como Evita, Víctor o Victoria. Su recién anunciada última gira con My fair Lady conoció de primera mano los rigores de la crisis actual, teniendo que cancelar algunas de sus actuaciones. Tampoco me engatusó con esos auténticos dramas de amor desesperado en forma de canciones, que acaparaban la mayor parte de su discografía, épicos temas de ruptura de cierto tono operístico que me dejaron más bien frío.
Pero llegaron los 80, y como muchos otros artistas Paloma se reinventó y abandonó por unos años esa imagen de mujer refinada de clase alta, y se mezcló con la plebe con canciones de ritmos alegres, desenfadados, y letras cotidianas. Fue en el 81 en su álbum Ahora, cuando con su tema Juntos, y ese impagable video con Paloma a lo Eva Nasarre con sus dos bailarines y esas coreografías tan cándidas, consiguió llegar a mi corazón. Y es que con un tema tan ganador como Juntos, nada de lo que había hecho antes ni lo que hizo después tendría sentido. Es más, después de Juntos, la música ya no tiene sentido. Juntos es la canción perfecta, ideal para recargarte las pilas un día que estés decaído/a, el tema que mejor resume el estado de ánimo de una persona enamorada en su fase inicial de mayor atontamiento.
Su siguiente álbum Dama, del año 83, aún nos dejó buenos momentos y aunque ningún tema llegaba a la altura de Juntos, allí estaba el “rompepistas” Bailando. También podíamos encontrar en él una adaptación muy a lo Georgie Dann del famoso tema salsero Fiesta del interior, y hasta un tema compuesto a medias con Franco Batiatto (por lo menos aparece su nombre junto a él en los créditos, aunque sólo se nota la influencia en la canción del artista italiano). El engendro se llamó Unas vacaciones.
Y si ya de por sí me tenía bastante hechizado, para rematar, esta siempre delgadísima mujer de cutis perfecto, representó a España en el Festival de Eurovisión celebrado en Gotenburgo en el año 85. Allí nos deleitó con la canción La fiesta terminó, un tema ideal para poner al final de cualquier sesión de DJ que se precie. El superficial público europeo no supo apreciar la calidad de la canción y sobre todo de la artista, y Paloma quedó relegada a una 15ª posición (no muy honrosa si tenemos en cuenta que sólo había 19 países participantes). Aunque el carisma y la presencia de Paloma San Basilio en el escenario no pasó desapercibida, y fue muy comentado su brillante vestido blanco de gasa y lentejuelas rematado por unas hombreras siderales.
Su último golpe de gracia hacia mi corazoncito fue también en los 80, con un álbum producido por el gran Juan Carlos Calderón (recientemente fallecido). El disco se llamó Vuela alto y la canción Cariño mío, corría el año 88. Gracias, Paloma, por esos años 80 “locos” que tuviste y que alegraste a muchos como yo, e incluso lograste que bailásemos esas coreografías para todos los públicos de tus videos, en la intimidad de nuestros hogares. Salid del armario como yo, y confesadlo todo ahora que el delito ya ha prescrito. ¡Siempre habrá un trocito de ti en nuestros corazones Paloma!