Chinas (2023) – Arantxa Echevarría
PELÍCULA RECOMENDADA (Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura)
Chinas
Arantxa Echevarría (2023) – España
Siempre he sentido una mezcla de curiosidad, fascinación y respeto por la comunidad china. La imagen que me han transmitido muchos de sus integrantes, es la de personas muy trabajadoras y metódicas, humildes, educadas, respetuosas y con unos vínculos muy fuertes con sus familias y tradiciones, a pesar de los miles de kilómetros que los separan. En apariencia son muy discretos, parece que no quieren molestar, pasan casi desapercibidos. Por eso me llamó la atención el título y el argumento de la película que os quiero recomendar, Chinas. Máxime cuando su directora Arantxa Echevarría, ya me había dejado con un gran sabor de boca con su filme Carmen y Lola (2018). Al igual que en este, la directora vuelve a recurrir a vivencias propias para sacarse una gran historia y una gran película de la manga.
El filme es una interesante propuesta de cine social, de esas que no sólo te hacen reflexionar, sino que también cambian tu modo de ver a las personas, en este caso las chinas. Unas personas que has tenido al lado, pero que nunca has visto, ya sea porque no has querido o porque no se han dejado ver. Chinas es de los filmes que consiguen que después de verlo hacen que te intereses, y que busques más información sobre el tema. Y eso en estos tiempos tan veloces que corren, es signo de que la directora ha conseguido su cometido y tiene un mérito extraordinario.
Como no podía ser de otra manera, Chinas se desarrolla en la zona de España con más concentración de población china, me refiero al distrito de Usera en Madrid. Allí conoceremos las vicisitudes de dos hermanas chinas, Claudia y Lucía, y también la de Xiang, una niña china adoptada por padres españoles que acabará en la misma clase que Lucía. Pronto nos daremos cuenta de las diferentes maneras en que cada una de las tres busca su propia identidad en la sociedad en la que viven.
Claudia, la hermana mayor, intenta desmarcarse de las tradiciones familiares y busca sentirse aceptada entre sus compañeros de instituto a toda costa. Su hermana pequeña, Lucía, se avergüenza de tener unos padres que están todo el día trabajando en su bazar, y lo que más desea es celebrar su fiesta de cumpleaños en el Burger King. Por otro lado, Xiang se encuentra perdida y desorientada, entre los deseos de sus padres adoptivos y su nuevo colegio.
Como ya hiciese en Carmen y Lola, Arantxa Echevarría vuelve a poner el foco en el universo femenino. Y es que, si ya es duro convivir en una sociedad diferente, aún lo es más si eres mujer. Chinas nos muestra una realidad cruda, donde el machismo sigue vigente en edades tempranas, y la educación sexual que reciben los jóvenes viene dada por el porno que ven en las redes sociales. También aflora el racismo, que sigue candente, y todo ello entremezclado con los problemas de relación entre padres que casi no pueden estar con sus hijos, y que intentan inculcarles sus tradiciones. En contrapunto está la diferente clase social y manera de relacionarse de los padres españoles, que tampoco es que consiga resultados muy positivos. En Chinas, nadie sale bien parado, aunque también es verdad que ni chinos ni españoles deberían sentirse ofendidos, porque la película retrata fielmente la convivencia mutua.
El casting para Chinas debió de ser muy complicado, pero fue todo un acierto haber elegido a las jovencísimas Shiman Yang (Lucía) y a Valería Fernández (Susana) que llenan la pantalla de ternura cada vez que aparecen. Por la parte menos infantil del reparto destacan: Xinyi Ye (Claudia), Yeju Ji (madre de Lucia y Claudia en la película) y Julio Hu Chen (Wang, amigo de Claudia), los tres fueron nominados a mejores actores revelación en la última edición de los Premios Goya de este año. Y por cierto, el papel que interpreta Carolina Yuste (Amaya), es el que vivió la directora Arantxa Echevarría en la vida real.
En Chinas encontrarás: soledad, desarraigo, búsqueda de identidad, tradiciones, dolor, frustración, aislamiento, pero también convivencia, integración, ternura, humor, amor, aceptación, y hasta un carnaval… chino.
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