Amanece, que no es poco (1989) – José Luis Cuerda.
Amanece, que no es poco
José Luis Cuerda (1989) – España
Teodoro, un ingeniero español que es profesor en la Universidad de Oklahoma, regresa a España para disfrutar de un año sabático. Al llegar, se entera de que su padre ha matado a su madre y, para compensarlo de la pérdida, le ha comprado una moto con sidecar para viajar juntos. Así es como llegan a un remoto pueblo de montaña que parece desierto; lo que ocurre es que todos los vecinos están en la iglesia, porque la misa es un auténtico espectáculo. Padre e hijo asisten a las elecciones que se celebran cada año para designar alcalde, cura, maestro y puta. Además, al pueblo ha llegado un grupo de estudiantes de una universidad norteamericana, unos meteorólogos belgas, un grupo de disidentes de los Coros del Ejército Ruso e incluso invasores camuflados de un pueblo cercano.
La primera vez que la vi, fue con un préstamo de la biblioteca, rondaba los 18 años y alguien me dijo que tenía que verla, que era muy divertida y he de decir que no creo que soltara ni una sola carcajada.
Menuda película, no hay por donde cogerla, es un conjunto de gags cada uno más extraño, más surrealista, más rebuscado. Tampoco es que tenga un hilo argumental más o menos sólido. Un padre llega al pueblo con su hijo en un sidecar, a pasar la noche y allí empieza la historia.
Como digo, me acuerdo perfectamente de cuando la vi y eso sólo ocurre cuando la película para bien o para mal te ha marcado. En este caso la primera vez fue para mal, no entendí la película ni los chistes, nada.
Con el paso de los años la vi más veces y cada día me gustaba un poco más hasta convertirse, por casi todo en una de mis comedias favoritas y supongo que de mucha gente, ya que al estar llena de gags siempre hay alguno que te hace echar unas risas.
Cada vez, según el estado de ánimo y en el momento que te alcanza, van variando los gags favoritos, de esta vez:
-Cuando el mesonero da la charla al médico.
-El argentino que no quería un día ir en bicicleta y otro oler bien, plagia a Faulkner y lo llevan a la Guardia Civil.
-Y por último las elecciones, cuando el alcalde da los resultados.
Como digo, estas son las escenas que más me han gustado esta vez, pero seguro que cambian, una película muy recomendable y divertida.
Uranio 235